La Massana

En el País de los Pirineos, a apenas 5 kilómetros de su capital, hay todo un mundo por descubrir. Andorra es un destino asociado al invierno, no en vano el esquí es su deporte nacional. Sin embargo, con una altitud media cercana a los 2.000 metros, sus valles son también un refugio ideal para evitar los rigores del verano, y aprovechar para conocer el rico legado románico y adentrarse en la naturaleza pirenaica. Esto es lo que se encuentra en La Massana que, junto a la parroquia de Ordino, forma parte de la región de Valls del Nord.

La Massana es una de las siete parroquias en las que se divide el territorio andorrano, y engloba a un buen número de pequeños pueblos. La capital es La Massana, una localidad de unos 3.000 habitantes en la que cohabitan construcciones tradicionales y modernas instalaciones turísticas. Más pequeño es el pueblo de Pals, en el que los apasionados de la historia tienen parada obligada. Se trata de un conjunto arquitectónico típico de montaña, uno de los mejor conservados, en el que la iglesia románica de Sant Climent se complementa con un centro de interpretación de este estilo artístico medieval.

La Massana es historia... y naturaleza. En ella se pueden realizar todo tipo de actividades de ocio: puenting, descenso de barrancos, escalada, senderismo, rutas a caballo, golf... Incluso si se quiere simplemente disfrutar del paisaje, Valls del Nord ofrece miradores en puntos estratégicos para contemplar el espectáculo de la flora y la fauna. Hay dos parques naturales dentro del territorio de Valls del Nord, el de les Valls del Comapedrosa y el de la Valls de Sorteny.

Dos rutas de bus turístico permiten visitar tanto los paisajes naturales como la ruta románica. Y nunca faltará qué hacer en La Massana, porque tiene un apretado calendario de actividades culturales y de ocio a lo largo de todo el año. Los hoteles en La Massana también tienen su propio encanto, con un estilo alpino que hace vivir la montaña hasta mientras se descansa. A Andorra solo se puede llegar por carretera, pero si no nos gusta conducir, no hay problema, ya que está bien comunicada con autobuses. Hay líneas directas desde los aeropuertos de Lleida, Reus, Barcelona o Girona.