Boltaña

La villa de Boltaña se localiza en el Pirineo aragonés, al norte de Huesca, y es la capital de la comarca del Sobrarbe. La localidad se sitúa junto al río Ara, en el que los viajeros encontrarán algunas zonas de baño ideales para refrescarse y relajarse, y en las inmediaciones también se puede disfrutar de interesantes rutas para hacer senderismo y actividades de exterior como ciclismo de montaña.

Junto al municipio, en la zona superior del cerro, se encuentra el Castillo de Boltaña, que está declarado Bien de Interés Cultural. Fue construido por los sarracenos para defender el Valle del Ara y también fue un enclave muy importante durante el dominio musulmán, aunque posteriormente el término municipal perdió poder, ganándolo en cambio la localidad de Aínsa, que se emplaza a 7 kilómetros de Boltaña, en la confluencia de los ríos Ara y Cinca. Aínsa también cuenta con su propio Castillo y alberga la iglesia Parroquial de Santa María, que merece una visita para los amantes de la arquitectura y de los edificios religiosos.

A poco más de un kilómetro de Boltaña se puede admirar el puente de Moscarales, que es una de las señas de identidad de la localidad, y a unos 7 kilómetros se emplaza el Mirador de Jánovas, junto al puente colgante del mismo nombre y la localidad fantasma de Jánovas. Este pueblo pirenaico fue abandonado porque se iba a construir un embalse en los años cincuenta, pero nunca llegó a edificarse el pantano y actualmente los viajeros pueden admirar todavía la torre de la iglesia, las fachadas de las casas, la decoración del templo... Por otro lado, el municipio también está bien ubicado para aquellos que deseen conocer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, pues este se sitúa a tan solo 25 minutos de Boltaña.

En la localidad, los viajeros pueden encontrar diversos alojamientos que incluyen un hotel en un monasterio, así como apartamentos y casas con encanto. Asimismo, hay hostales y casas rurales en las cercanías de la localidad, que ofrecen comodidades modernas como wifi y calefacción sin perder el encanto de otra época gracias a su entorno aislado que las hace ideales para desconectar durante un fin de semana o unas largas vacaciones.

Para visitar la localidad y su entorno, lo más recomendable es que los viajeros traigan su propio coche, pues sí que hay conexiones de autobús con Aínsa, Huesca e incluso Zaragoza y Barcelona, pero para moverse por la zona y descubrir los bonitos enclaves próximos, lo mejor es contar con coche propio. Desde Boltaña hay unos 80 minutos en coche hasta Huesca y unas 2 horas hasta Zaragoza.

Al visitar esta zona del Pirineo, los viajeros no pueden dejar pasar la oportunidad de degustar la sabrosa carne que se cría en la zona, como el ternasco de Aragón, la carne de cerdo o la ternera del Pirineo. Además, estos platos suelen acompañarse con cardos, espárragos y otras verduras de la huerta. Entre los platos más tradicionales de Huesca se encuentran la sopa oscense y las migas a la pastora, mientras que para acompañar la comida nada mejor que el vino con Denominación de Origen Somontano.