​Solsona

​Solsona es una bella localidad de la provincia catalana de Lleida, perteneciente a la comarca del Solsonés. En época antigua se la conoció como Celsona o Selisona. Asimismo, se estableció como ciudad de la mano del rey Felipe II. En época medieval, fue cuando se desarrolló en todo su esplendor, del cual dan buena fe numerosos edificios y monumentos. Así, todavía se conservan restos del antiguo foso que defendía las murallas en el siglo XIV. De hecho, importantes personajes del pasado, como el Gran Maestre de la Orden del Temple (Arnau de Torroja) o el pintor barroco Francisco Ribalta son originarios de este municipio.

Pero, sin lugar a dudas, la catedral de Solsona es su monumento más emblemático. De estilo gótico, se construyó entre los siglos XII y XVII. Otro nombre emblemático es el portal del Puente, la principal entrada a la ciudad durante el XVIII. El Palacio Episcopal y el Museo Diocesano y Comarcal, por su parte, representan uno de los más preclaros ejemplos del denominado neoclasicismo catalán. La Plaza Mayor constituye el principal punto de confluencia del municipio, caracterizada por bonitos soportales. En cuanto a la Torre de las Horas, sirve para saber siempre la hora exacta del día.

Pero aún hay más lugares para visitar. La Casa de la Ciudat, una construcción del siglo XVI, es el actual Ayuntamiento. Con respecto al Palacio de Llobera, en su tiempo fue hospital y universidad. Pero también el viajero puede deleitarse con el modernismo del hotel San Roque o pasear por el agradable Parque de la Virgen de la Fuente. En cuanto a fiestas, son famosos sus gigantes y cabezudos. Corpus Christi se festeja igualmente con especial devoción. Y, durante las celebraciones navideñas, los más pequeños podrán distraerse con representaciones teatrales de los Pastorcillos.

En lo que respecta al alojamiento, la localidad cuenta con diferentes tipos de hoteles, muchos de ellos con ambientación medieval. Aunque también existen hostales y casas rurales de carácter más íntimo. En muchos de ellos no falta una refrescante piscina al aire libre, el aire acondicionado, la calefacción, el baño individual, la conexión wifi o cuartos de baño individuales. En general, ya sea dentro del centro histórico o bien a las afueras, en todos los alojamientos abundan las buenas vistas, debido a la explosiva naturaleza que rodea al municipio. Muchos de los hoteles y hostales también disponen de restaurante propio, ideal para degustar la gastronomía de la zona.

La localidad se encuentra perfectamente comunicada con el resto de la Península mediante carretera. En cualquier caso, si se prefiere el tren, el más cercano llega hasta la próxima Manresa. Y, en el caso de que se utilice el autobús, salen varios desde las ciudades de Manresa, Lleida o Barcelona, o bien del Principado de Andorra. Por su parte, existen hasta cuatro aeropuertos cercanos: Lleida-Alguaire, Reus, Girona y Barcelona-El Prat. Dentro del propio municipio, se pueden tomar taxis en cualquier momento para trasladarse a otros lugares. La bicicleta de montaña es otra estupenda opción para moverse por el entorno.

En general, Lleida es conocida por su atractiva gastronomía, compuesta, por ejemplo, por los xolis (un tipo de fuet), los caracoles a la llauna o la tradicional cassolada (con patatas, verdura, costilla de cerdo y tocino). Además, si se viaja en familia, esta localidad leridana cuenta con un sinfín de actividades para los más pequeños, en especial en época de Carnaval. Para practicar todos juntos, resultan ideales las diversas rutas con las cuales descubrir espacios singulares, como criptas, santuarios o cimas. El itinerario botánico es un buen ejemplo de ello, mediante el cual hallar diversas especies animales y vegetales.