Un castillo y rapaces en Peñíscola

También llamado el Castillo del Papa Luna, por haber vivido en él este personaje histórico, la fortaleza situada al borde del mar de Peñíscola (Castellón) es visita de lo más recomendable. Situado en la cercanía de la playa norte de la localidad, arenal recogido, limpio y muy bien dotado de juegos infantiles, el castillo en el que viviera en el siglo XV el mencionado personaje se asoma por encima de los tejados de la parte más antigua de la ciudad, la que queda tras la vieja muralla.

Cuando se esté dentro de la fortaleza, ambientada con acierto para poder hacer un viaje en el tiempo de siglos atrás, un sin fin de salas, escaleras, torreones y miradores harán las delicias de pequeños y mayores.

Antes o después, de subida o de bajada al castillo, merece la pena hacer escala en el Refugio de Rapaces allí instalado y en el que viven águilas, búhos… así hasta cincuenta aves de presa que vuelan en total libertad. Si se tiene suerte, los cuidadores y entrenadores de los animales permitirán alimentar y manejar a algunas de las aves a su cargo. Ah… y si quiere más, puede uno subirse a uno de los barcos que, saliendo del puerto de Peñíscola, rodean el entorno marítimo del castillo.