Valencia

Es pensar en Valencia y venir un recuerdo lleno de aroma de paella. Si se sigue pensando e introduciendo la mente en sus calles, nos llega a la memoria el olor de la pólvora que inunda la ciudad los días de Las Fallas. Lejos de las sensaciones olfativas y gustativas, Valencia nos espera con sus más de 40 museos, su arquitectura contemporánea, su horchata refrescante, su mar y sobre todo, su carácter mediterráneo. Una ciudad con mil caras que cada día nos descubre algo nuevo. ¿Quién se une a la aventura de conocerla más a fondo?

Se puede visitar la ciudad en sus fiestas mayores, pero, por suerte es un destino que siempre tiene algo que ofrecer sea verano, invierno, primavera y otoño. Un lugar que no para de sorprendernos.

Indispensables

Plaza de la Virgen, La Catedral

Valencia es una ciudad con Historia. Y un punto que lo demuestra es la Plaza de la Virgen, un corazón lleno de tesoros como la propia Catedral de Valencia. Además, si tenéis la suerte de ir en jueves, a las 12:00, se repite siempre el mismo ritual: el Tribunal de las Aguas, un rito declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Es una institución medieval, cuya función es regular de manera oral, el uso de los riegos de las ocho acequias de Valencia. Para ello se reúne todo los jueves, haya litigios o no, en la puerta de los Apóstoles (si llueve lo hacen en la Casa Vestuario) y realizan una ceremonia muy vistosa. Un espectáculo del que merece la pena ser testigo. También en la misma plaza debéis fijaros en la Real Basílica de la Virgen de los Desamparados, dedicada a la patrona y en el Miguelete, el campanario de la Catedral, una torre de planta octogonal de casi 51 metros de altura. Igualmente junto a la Catedral, se puede visitar el Museo Arqueológico de la Almoina, donde se conocerá más sobre la Valencia romana, visigoda y árabe.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias

La ciudad del futuro toma forma en Valencia. Se llama Ciudad de las Artes y de las Ciencias. Lleva la firma del arquitecto valenciano Santiago Calatrava, que ha dotado con su personalidad a todos los edificios que conforman este rincón único. Allí podréis pasar un día visitando sus diferentes edificios, ya que casi todos ellos albergan un punto de interés turístico. En l´Hemisfèric hay un cine IMAX para experimentar en 3D diferentes aventuras mientras se está sentado en una butaca. Para vivir en primera persona el día, se puede ir hasta el mayor acuario de Europa, situado en l´Oceanogràfic. Allí descubriréis más de 500 especies diferentes, ya que se reproducen los principales ecosistemas marinos de la tierra. Se divide en: Mediterráneo, humedales, templados y tropicales, océanos, Antártico, Ártico, islas, Mar Rojo-auditorio submarino y delfinario. Otro edificio que visitar, que gustará sobre todo a los más curiosos, es el Museo de las Ciencias. En él, de manera interactiva y didáctica, se aprenderá sobre la ciencia, la tecnología y la evolución de la vida en sus 26.000 metros cuadrados. Fuera de los edificios podéis pasear por la zona de L´Umbraque. El conjunto se completa con L´Agora y el Palacio de las Artes Reina Sofía.

Un Mercado modernista lleno de vida

Regresamos a la Valencia más tradicional, a su casco histórico, para visitar uno de los mercados que mejor se conservan de todo el país. El Mercado Central de Valencia ocupa un edificio de corte modernista que se inauguró en 1928. Lo mejor es entrar sin mirar el reloj y pasear por sus puestos observando los productos frescos de temporada (la huerta valenciana es rica y prolífica), pero también alzando la vista para descubrir los azulejos y las vidrieras de colores, que dejan pasar los rayos de luz los días en el que sol hace presencia sobre Valencia. Destaca su cúpula central y todos los detalles que lo conforman. Pero lo mejor de todo es que es un mercado vivo, en el que los valencianos siguen haciendo la compra diaria y semanal y que goza una de una salud envidiable. Seguro que salís de allí con alguna fruta o algún producto que os ha entrado por los ojos.

Un lugar donde perderse: Lonja de la Seda

Otro monumento indispensable que antaño fue lugar de mercadeo es la impresionante Lonja de la Seda, un edificio gótico que se estudia en las asignaturas de arte por su belleza e ingenio técnico. Está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y no es de extrañar, ya que es un modelo que se imitó en la Corona de Aragón. La Lonja se levantó a finales del siglo XV. Consta de tres cuerpos articulados alrededor de un jardín llamado Patio de los Naranjos. Destaca la Sala de Contratación en la que ocho columnas exentas y de fuste helicoidal se abren como palmeras para soportar las bóvedas de crucería del edificio Los otros dos espacios son el Torreón y el Pabellón del Consolat. Se puede visitar en horario de 9:30 a 19:00, de lunes a sábados, mientras que los domingos y festivos, el monumento permanece abierto hasta las 15:00.

Iglesia de los Santos Juanes En la misma zona que el Mercado y la Lonja se levanta la Iglesia de los Santos Juanes, otro lugar en el que merece la pena hacer una parada en el camino para observarlo de cerca. Es llamativo tanto por fuera como por dentro, destacando su ornamentación barroca, aunque quedan elementos góticos como la nave y el óculo cegado. La fachada más llamativa es la que da a la Plaza del Mercado, donde destaca la Virgen del Rosario y el reloj.

Plaza del Ayuntamiento

Otro rincón reconocible de Valencia es la Plaza del Ayuntamiento, de naturaleza ecléctica y allí se mezclan en su forma triangular varios edificios de gran importancia para la ciudad como lo son el Ayuntamiento de Valencia, el edificio de correos, la Plaza de Toros o la hermosa Estación del Norte. Muchos de los que llegan a Valencia lo hacen a través de esta estación que rezuma encanto. Se localiza dentro de un edificio modernista, dentro de la corriente Secesión Vienesa. Se inauguró en 1917 y no os tenéis que perder sus mosaicos en suelos y paredes. Después volved a la plaza y dar rienda suelta a vuestra imaginación, aunque no sabemos si la mente humana es capaz de revivir el ambiente que se crea en este rincón de Valencia durante todo el mes de marzo, ya que es en la Plaza del Ayuntamiento donde se celebran todas las mascletás.

La Playa Valenciana, mejor con una paella

Valencia es un destino urbano y a la vez de playa, una doble personalidad que la hace más atractiva si cabe. A escasos 15 minutos del corazón de la ciudad se puede llegar hasta las playas de Las Arenas, Malvarrosa y El Cabañal, todas ellas galardonadas con bandera azul y con la Q de Calidad Turística. Son playas adaptadas, familiares, en las que la comodidad está asegurada. Si se quieren playas más tranquilas y menos urbanas se puede ir hasta El Saler o hasta las playas ubicadas en el Parque Natural de la Albufera. Pero además, una cosa que hay que hacer sí o sí frente al mar en Valencia es disfrutar de una auténtica paella, hecha por expertos paelleros. Encontraréis muchos restaurantes donde poder degustar este plato típico, algunos más caros y otros más adaptables a todos los bolsillos. Lo mejor es que preguntéis a los valencianos que os recomienden algún sitio, porque hay muchos restaurantes buenos con paellas en Valencia.

Torres de Valencia

Valencia era una ciudad amurallada y testigo de aquellos tiempos nos han llegado sus torres. Las más destacables son las Torres de los Serranos y las Torres Quart, dos puntos de interés turístico que tenían que entrar en nuestra lista de indispensables de la ciudad. Las Torres de los Serranos era el acceso a Valencia por el norte (se llama de los Serranos porque por aquí entraban la gente desde la serranía). Está compuesta por una puerta de arco de medio punto flanqueado por dos torres. Su estructura es bien curiosa, así que no dejéis de visitarla. Por su parte las Torres Quart, también de época medieval, son otra entrada a la ciudad. En sus piedras podréis observar que han resistido a episodios históricos como la Guerra de la Independencia (observaréis huellas de los distintos impactos). Las Torres Quart no son polígonales como la de los Serrano, sino circulares.

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Un barrio con encanto, El Carmen

Hay barrios en los que el talento se deja ver en cada esquina. Uno de esos rincones es el Barrio El Carmen, una zona milenaria en el distrito de Ciutat Vella, en la que sus calles estrechas recorren la historia más oculta de Valencia. Dicen que es una de las áreas con más encanto de la ciudad, lo cierto es que ambiente no falta. En los últimos años se han rehabilitado edificios, y se han abierto multitud de restaurantes, de bares, de garitos y de locales de diseño. Es un lugar en el que descansar tomando una cerveza en alguna de sus terrazas tras una jornada de turismo en Valencia. Está muy cerca del centro más turístico, así que no os tendréis que desviar mucho para descubrirlo. De hecho es en este barrio donde se encuentra el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), el museo de arte contemporáneo de Valencia. En su interior os esperan obras de gran importancia para el arte del siglo XX español. Disfrutad de los arriesgados cuadros del Equipo Crónica, de las esculturas y espacios de Julio González, y de las pinturas impresionistas del artista valenciano Julio Pinazo, entre otros muchos.

Recorrer el Jardín del Turia

Otra de las grandes obras que cambiaron la cara de Valencia fue convertir el cauce de su río, el Turia, en un agradable parque de 9 kilómetros de largo, en el que los valencianos y los turistas pueden disfrutar del aire libre en plena ciudad. El parque atraviesa Valencia de oeste a este para llegar desde el Bioparc hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Podéis recorrerlo a pie o, mejor, alquilar una bicicleta. Es uno de los parque urbanos más grandes de España y en él encontraréis lugares donde deberéis hacer una parada como el Palau de la Música. También os recomendamos que os fijéis en los 18 puentes que lo cruzan. Otro lugar que hay que ir si se va con niños es hasta el Parque Gulliver. ¿Qué es? Una zona de toboganes y túneles en el que los pequeños de la casa se lo pasarán en grande. Se convertirán en liliputienses para trepar por el cuerpo gigante de Gulliver. Mide nada más y nada menos que 70 metros. Eso sí, os advertimos que una vez allí, será complicado sacarlos del juego, así que atentos a la siguiente propuesta para convencerlos.

Un viaje a la África: Bioparc

Otro destino familiar, ideal para aquellos que disfruten de la naturaleza. El Bioparc de Valencia es mucho más que un zoo, es un espacio donde se recrea el hábitat de los animales, de la manera más fiel posible para asegurar el bienestar animal, siguiendo el concepto de zoo-inmersión. En su interior descubriréis la naturaleza salvaje de África, gracias a la recreación del bosque ecuatorial, Madagascar, los grandes humedales y la Sabana. No sólo veréis animales, sino también la flora típica de cada uno de estos ecosistemas. Allí conoceréis mejor el comportamiento de especies como los elefantes, chimpancés, antílopes, cocodrilos, cebras, gorilas, hipopótamos, leopardos, leones... Además os aconsejamos que consultéis su agenda porque realizan actividades educativas mediante las cuales los niños podrán conocer a los cuidadores y aprender más sobre las costumbres y la alimentación de los animales.

La ciudad de los museos

En la página oficial de turismo de Valencia señalan que existen más de 45 museos diferentes en Valencia. Evidentemente es imposible verlos todos en un solo viaje, en dos o incluso en tres. Así que lo mejor es elegir aquellos que más se adapten a nuestros intereses. Uno muy curioso, que sirve para entender la ciudad y sus tradiciones, es el Museo Fallero. Aquí en sus salas conviven los diferentes ninots que han sido indultados en Fallas anteriores y que se han salvado del fuego. Es impresionante ver cómo son las figuras y más de una sorprenderá a los visitantes. Otro que se puede recorrer es el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, que destaca gracias al edificio que lo alberga. Fijaros en su portada de alabastro, obra de José de Vergara. Seguimos de ruta para descubrir el Museo l´Iber de los soldaditos de plomo, un lugar peculiar que atrae a público de toda tipología y en el que se exponen miniaturas que sorprenderán a quien las vea. Existir existe hasta un intersantísimo Museo del Arroz, dedicado a este alimento que tanta importancia ha tenido para Valencia, tiene una larga historia ligada a la ciudad muy

Una escapada: Parque Natural de la Albufera

Si estás por la zona, y tenéis días de sobra podéis hacer una escapada inolvidable al Parque Natural de la Albufera, donde os esperan los arrozales y el cantar de los pájaros. Está a tan sólo 10 minutos de distancia de la ciudad y os transportará a otra realidad. Hay que ir hasta El Palmar, donde también podéis aprovechar la visita para tomar una rica paella. Después lo más recomendable es recorrer en barca La Albufera, eso sí, no os olvidéis llevar un buen antimosquitos. Para llegar hasta allí o bien se puede ir en vehículo propio o usar un autobus urbano de la EMT. En ese caso hay que coger la línea 25 que lleva hasta El Palmar o hasta la parada Embarcadero, desde el mismo centro de la ciudad. Además existe un bus turístico el Albufera Bus Turistic que hace un recorrido por el Parque Natural explicando los arrozales e incluye un paseo en barca.

Cómo moverse

Valencia es una ciudad cómoda en la que moverse. Dispone de una buena red de autobuses públicos que se mueve por la misma urbe y por la periferia y que en fin de semana o en festividades especiales amplia su horario nocturno hasta más tarde. Cuenta también con metro que lleva a lugares como la estación de la Alameda o el Puente de la Exposición. Así como otras ciudades españolas, los valencianos pueden usar también el cómodo tranvía. Igualmente, se pueden alquilar bicicletas para recorrer la ciudad sobre dos ruedas, una manera agradable y sana de conocer el patrimonio valenciano.

Dónde dormir

Al ser una ciudad cómoda, encontrar un buen alojamiento en Valencia es muy sencillo. Existe una gran oferta que se adapta a todo tipo de viajeros (negocios, parejas, familias, grupos de amigos...) y de bolsillos. Hay apartamentos, pensiones, hostales y hasta hoteles de cinco estrellas de gran calidad y de vanguardia. La zona centro, el distrito de Ciutat Vella, es una opción a tener en cuenta, debido a su buena ubicación y a la cantidad de servicios que existen en los alrededores. A lo más jóvenes, les puede interesar buscar hotel en el Barrio de El Carmen o en Ruzafa, ya que tendrán marcha asegurada en los alrededores. Asismo, cerca de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias los viajeros encontrarán hoteles modernos, ideales para familias y viajes de trabajo.