Logroño

Conocida por sus vinos y sus tapas, Logroño, capital de La Rioja, es un destino de interior con encanto. Moderna y tradicional, esta ciudad de poco más de 150.000 habitantes atrae cada año a más visitantes gracias a su oferta cultural y gastronómica.

Logroño es una ciudad amable para recorrer a pie. Con un buen calzado (en la zona de La Rioja Baja disponen de fábricas de calzado de gran calidad) la localidad ofrece varias rutas a partir de las cuales se pueden descubrir lugares como las iglesias de Santiago el Real o de La Redonda o el Palacio de los Chapiteles u otros más modernos como el ayuntamiento actual, diseñado por Rafael Moneo. Incluso se puede acceder a zonas verdes como el Parque de La Grajera.

Aparte de por su gran patrimonio histórico, Logroño es un destino de enoturismo. En la ciudad hay ocho bodegas diferentes, que se pueden visitar para conocer el proceso de elaboración del vino Rioja, una de las mejores denominaciones de origen del mundo. Tras los vinos o junto a ellos, es de visita obligada la calle Laurel donde se ha de ir de bar en bar probando las tapas logroñesas y fundiéndose en el ambiente agradable de la ciudad.

Para alojarse en Logroño, los hoteles se encuentran mayoritariamente en la zona centro y muchos de ellos están dentro de edificios con historia, formando parte del casco antiguo de la ciudad. Los alojamientos más numerosos son los de gama media/alta.

La ciudad es un cruce de caminos desde el este hasta el norte de la Península. Si no sabes cómo llegar a Logroño, sólo tienes que o bien usar los transportes públicos (trenes y autobuses regulares con las principales capitales españolas) o acceder con vehículo privado. En este último caso se puede llegar hasta la ciudad riojana por las carreteras LO-20, la A-12, la A-11 y la Autopista AP-68. El aeropuerto más importante cercano se encuentra en Bilbao, a 152 kilómetros.