Información
Un restaurante que ofrece cocina regional, un bar cafetería, una terraza con vistas a las montañas, una piscina climatizada cubierta rodeada de jardines, un spa de aguas termales con sauna y jacuzzi o un gimnasio son algunas de las instalaciones del hotel Mercure Saint Lary Sensoria situado en la localidad francesa de Saint Lary Soulan. El establecimiento también está pensado para realizar negocios, ofrece cinco salones multifuncionales equipados tecnológicamente, además de proporcionar asesores para la organización de los eventos. Dispone de dos aparcamientos, uno exterior y otro cubierto, un campo de mini golf, una discoteca y tiendas en el establecimiento.
En las 65 amplias habitaciones encontramos una decoración moderna y ponen a disposición de sus huéspedes climatización, conexión wi- fi, televisión vía satélite, teléfono, caja fuerte, baño con secador de pelo y balcón con vistas a los jardines o a los Pirineos.
El personal del hotel está disponible 24 horas y ofrece información turística, alquiler de equipamiento de esquí, venta de fortfaits, guardaesquís, guardaequipajes, servicio de lavandería, de guardería o de almuerzos para llevar.
Opiniones
Opiniones
2 OpinionesMarina, viajó en
Santander
Viaje de vacaciones en pareja
El hotel está en el pueblo de saint lary a escasos minutos del centro a pie, a unos 100 metros del telecabina que te sube directamente a pistas.
Se puede aparcar sin problemas y gratis en un gran parking descubierto que hay allí mismo, aunque el hotel dispone de parking cubierto también.
Está construido en piedra y por dentro los acabados son de madera, lo que le da un encanto especial. El lobby es precioso, y además dispone de una zona de cafetería con una chimenea central, resulta muy acogedor.
El hotel tiene tres plantas, fuimos en pareja y por error nos alojaron en una habitación triple de la tercera planta, que según ellos se trataba de un upgrade, pero cuando pedí que nos enseñaran la habitación estándar la única diferencia era que nuestra habitación tenía además de la cama de matrimonio, de tamaño king size por cierto, una cama de 1, 05m al lado, mientras que en la habitación estándar en su lugar había un sofá y la cama de matrimonio era más pequeña. En cuanto a metros y decoración eran exactamente iguales. Por dentro las habitaciones son modernas, con cama muy cómoda con edredón nórdico, la calefacción funcionaba bien y en el baño había hasta albornoz y zapatillas. Además, disponen de mesa de estudio, armario grande y sitio especial en la entrada para dejar las maletas sin que estorben por la habitación. Quizás eché en falta algún útil más de aseo en el baño, como cepillo de dientes o gorro de ducha.
En cuanto al desayuno, nos pareció un robo, 17 euros por persona, y no tienen servicio de plancha en el momento, ya que la cocina no está operativa a esas horas según nos dijeron, por lo que sólo hay lo que ves en el bufet y no te pueden preparar ninguna comanda especial, como huevos fritos por ejemplo. El zumo de naranja no es natural pero no está mal para ser de bote, tienen un par de quesos regionales, cereales, pan, mermeladas para aburrir, bollería y huevos revueltos y pasados por agua. El aceite de oliva nos lo trajeron en un vaso y no tenían tomate, además la fruta era bastante escasa. Por allí no hay ninguna cafetería cerca, así que estás casi obligado a coger el desayuno.
Algunos miembros del personal de recepción hablan español, pero el chico que nos atendió por la noche en el ckeck in no, y no parecía enterarse bien en inglés, por lo que tuvimos que esperar a la mañana para hacer determinadas gestiones que no nos supo solucionar el chico por la noche.
Ellos te gestionan el forfait si quieres, con la comodidad que eso supone y los mismos descuentos que si lo compras por internet. Además, el hotel dispone en la planta -1 de servicio de guardaesquís, en una salita en la que además hay un sofá donde poder cambiarte, y salida directa a la calle.
El spa muy grande en lo que a espacio se refiere, pero muy normalito en cuanto a instalaciones y casi todo lo ocupaban las cabinas para cambiarse. Una piscina anticuada e impersonal, un único jacuzzi poco acogedor y los típicos hamman y sauna finlandesa. Aparte, de pago, hay otro spa llamado rio que parecía mucho mejor, creo que por 8 euros.
En resumen, es un buen hotel con buenas prestaciones, pero se aprovechan en el desayuno y el spa pese a lo que lo anuncian no es nada del otro mundo.
El precio por habitación doble, desayuno aparte, nos salió a 135 euros la noche. Si volviera a esquiar a saint lary creo que volvería a este hotel, pero teniendo en cuenta que el fin de semana te sale a millón.