Bolonia

Aunque Bolonia no sea uno de los lugares más típicos de Italia, esta ciudad del norte es todo un descubrimiento tanto por todo el patrimonio que acoge como por su animada vida universitaria que llena de sus plazas y de sus calles de un ambiente muy especial.

Localizada en la región de Emilia-Romaña, esta zona de Italia siempre ha sido muy importante para su historia. Desde los etruscos, pasando por los periodos romano, medieval y moderno, Bolonia ha sido foco de cultura y como tal se respira aún a día de hoy ese ambiente en sus calles. De hecho pasear por su casco medieval es toda una experiencia en la que se descubren auténticas joyas. Llama la atención del paseante el color rojizo de sus edificios, una cualidad que le ha hecho ganarse el sobrenombre de rossa (roja) que se une a otros dos apelativos: dotta (erudita por su Universidad) y grassa (por la calidad de su cocina).

Por tanto, ¿preparados para pasear por Bolonia, la ciudad “dotta, grassa y rossa”? Allá vamos. Para comenzar tendremos que conocer sus puntos turísticos de mayor interés. Entre todos, destacan como símbolo de la ciudad las Dos Torres, dos enormes construcciones que impresionan desde abajo. Se llama Garisenda y Asinelli y habrá que hacer el esfuerzo de subir hasta la Torre Asinelli. En Bolonia en la Edad Media se levantaron un gran número de torres, a día de hoy estas son las más importantes. La más alta, la citada Asinelli, mide casi 100 metros y para llegar a lo alto hay que subir 498 escalones. Desde arriba se puede ver hasta Verona en los días más claros. Eso sí, os advertimos de que corre una leyenda negra: si un estudiante sube hasta lo alto, no acabará su carrera. Así que es mejor esperar a graduarse para alcanzar la cúspide de esta torre.

A ras de suelo hay varios indispensables como la piazza Maggiore, que es el centro neurálgico de la ciudad. Rodeada de pórticos allí se ubican monumentos fundamentales para el viajero como la espectacular Basílica de San Petronio, el Palazzo dei Banchi, el Palazoo d´Accursio o el Archignnasio, entre otros muchos. En este último debéis visitar su curioso Teatro Anatómico, en forma de anfiteatro donde se estudiaba anatomía en épocas primigenias. Caminando se llega también a otro punto de gran interés que parece estar en la misma plaza, pero no, se considera una plaza distinta. Os hablamos de la Fuente de Neptuno, la más conocida de la ciudad que representa el poder papal en Bolonia. Si se sigue por las calles de la ciudad, se llega a otros espacios interesantes como la piazza Santo Stefano, en la que se descubren hasta siete templos que de día merecen ser visitados. Por la noche también hay que volver a la plaza, pero en este caso con ganas de pasarlo bien, ya que es aquí donde los jóvenes comienzan su fiesta nocturna.

Os sorprenderá también que está llena de soportales. Cuenta con aproximadamente 40 kilómetros con arcos, que esconden tiendas, restaurantes y hoteles en el centro de Bolonia. En italiano se conocen con el nombre de Portici y son objeto de estudio de muchos de los estudiantes de arquitectura de la Universidad.

Y por supuesto, en Bolonia hay que disfrutar de sus pastelerías y restaurantes, dignos de quedar grabados en nuestros recuerdos. Al ser una ciudad universitaria se pueden encontrar muchos restaurantes baratos en Bolonia, aunque también hay opciones más caras que también merecen la pena.