Pirineo Español

Al norte de la Península Ibérica se levanta el Pirineo, una cordillera única, cuya geografía ha influido en el paisaje, creando una de las áreas más bellas del sur de Europa. El Pirineo se reparte entre Francia, Andorra y España. Es en la cara sur donde encontramos el Pirineo español, que a su vez, queda dividido en Pirineo catalán, Pirineo aragonés y Pirineo navarro.Es el Pirineo catalán el más oriental y comprende las provincias de Gerona y Lérida. En sus tierras, la riqueza de posibilidades es amplia. En el ámbito cultural, una visita obligada es la que se tiene que hacer al Valle de Boí para apreciar las iglesias románicas. En el ámbito deportivo, el Pirineo catalán bulle de actividades. En verano se puede aprovechar para perderse por lugares como el Parque Nacional d'Aigüestortes o realizar deportes de aventura en espacios como el Parque Nacional de San Maurici. En invierno, no pierde interés, sino que se incrementa debido a las estaciones de esquí, entre las que destacan Baqueira-Beret, La Molina, La Masella, Espot-Esquí o Boí Taüll. Colindante se encuentra el Pirineo aragonés. Aquí se sitúa el pico más alto de la cordillera, el Aneto (3.404 m) y su paisaje se ve salpicado de valles, glaciares, bosques... El Pirineo oscense esconde tesoros como el Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido o el Parque Natural Posets-Maladeta, entre otros muchos. Las estaciones de esquí son su principal motor económico en los meses invernales, ya que aquí la calidad las convierte en unas de las mejores pistas de esquí nacionales. Destacan: Formigal, Candanchú, Cerler, Astún y Panticosa. En primavera y otoño, los diferentes valles ofrecen deportes de aventura y festivales de gran renombre como Pirineos Sur. En el extremo occidental, se levanta el Pirineo navarro, el más pequeño en extensión, pero cuya importancia histórica lo sitúa en el mapa. Era la entrada natural del Camino de Santiago en la Península y, como testigo de ello, Roncesvalles permanece inmutable. A lo largo de sus kilómetros, la magia de la Selva de Irati sorprende, al igual que el Parque Natural de Bertiz y el macizo de Larra. En invierno, Navarra se convierte en escenario para el esquí de fondo en las estaciones de Larra-Belagua y en la de Abodi-Irati.