Pirineo aragonés

Enclavado en la provincia de Huesca, el Pirineo aragonés luce resplandeciente durante todo el año cambiando sus tonalidades para atraer hasta su territorio a miles de amantes de la naturaleza, los deportes y la historia.

En invierno, el blanco hace acto de presencia para dejar paso al amarillo en primavera, al verde en verano y a los tonos ocres en otoño. Su gama cromática es tan variada como las propuestas que presenta. Deportes de aventura, esquí, patrimonio histórico, arquitectónico, natural, tradiciones, innovación, festivales, gastronomía...

La nieve es el principal motor económico de la zona en los meses de invierno y no es para menos, ya que en su territorio se encuentran parte de las mejores estaciones del país. Las posibilidades son muchas, tanto para esquí alpino como para nórdico, sin dejar de lado a otros deportes de invierno como el mushing, las raquetas, los trineos o el snowboard, entre otros. Formigal, Panticosa, Cerler, Candanchú y Astún esperan cada año a miles de esquiadores para ofrecerles los mejores servicios.

Por supuesto, los deportes de aventura son otro de sus imanes. Descensos, escaladas, senderismo, montañismo, BTT, ciclismo en ruta, parapente, vuelo sin motor... Y esto no es todo porque esconde varias joyas en formas de parque naturales como lo son el impresionante Parque de Ordesa y Monteperdido, el Parque Natural de los Valles Occidentales o el Parque Natural Posets–Maladeta. Allí los paisajes os sorprenderán con impresionante valles, glaciares y con su fauna y flora autóctona.

El patrimonio histórico de los Pirineos aragoneses también se siente a cada paso. En el área, vestigios como el impresionante Monasterio de San Juan de la Peña, la Catedral de Jaca, la estación de Canfranc o las Iglesias Románicas del Serrablo muestran la importancia de esta zona a lo largo de los siglos. Asimismo existen villas encantadoras como Aínsa, Bielsa, Broto, Tramacastilla, Biescas o Sallent de Gállego que guardan el auténtico sabor del Pirineo. El resto lo ponen las tradiciones que aún se conservan, como el descenso de Nabatas o los carnavales, o las apuestas por la modernidad con eventos como Pirineos Sur o el Festival del Castillo de Aínsa. Asimismo, hay una gran variedad hotelera por lo que es fácil encontrar hotel o apartamento en el Pirineo aragonés.