Faro

La ciudad portuguesa de Faro se encuentra al sur del país, concretamente en la popular región del Algarve. La localidad cuenta con más de 64.000 habitantes, está dividida en seis parroquias y limita con los municipios de São Brás de Alportel, Loulé y Olhão. Históricamente el municipio se utilizó como almacén comercial donde se intercambiaba pescado, minerales y diversos productos agrícolas. Además, estuvo gobernado por distintos pueblos como el romano y el visigodo. En la actualidad la ciudad ocupa un centro turístico muy relevante, ofreciendo a sus visitantes interesantes áreas comerciales y un amplio patrimonio monumental en el que destacan diversos edificios religiosos. Asimismo, en el territorio se llevan a cabo actividades específicas como la pesca de atún, la fabricación de conservas y la exportación de corcho.

Faro propone un encantador recorrido por un tranquilo casco histórico con calles comerciales peatonales de atmósfera acogedora muy lejos del ajetreo del resto de localidades del Algarve occidental. Desde su centro rodeado por las antiguas murallas, la ciudad asegura una agradable experiencia turística gracias a un completo catálogo de edificios y monumentos antiguos, destacando la tétrica capilla de los huesos, dentro de la Igreja do Carmo; el Arco da Vila neoclásica y la antigua catedral Sé, desde donde contemplar unas maravillosas vistas panorámicas de los alrededores. Asimismo, entre sus referentes culturales se consideran de obligada visita el Museo Marítimo Almirante Ramalho Ortigão, el Centro de Ciências de Vida y el Museo Municipal de Loulé. La playa de la localidad, a 20 minutos en coche, invita a compartir jornadas relajantes al sol en una línea de costa de cinco kilómetros de arenas doradas junto a una completa oferta de bares, tiendas de windsurf y cafés donde sentarse a refrescarse con una bebida.

Faro se ubica en el extremo occidental del Parque Natural de la Ría Formosa, un espacio natural perfecto para las actividades al aire libre y donde disfrutar de la observación de aves autóctonas. A diez kilómetros al norte se encuentran las ruinas romanas de Milreu y el tranquilo municipio de Estói, mientras que las atractivas playas de la isla de Farol, Playa da Culatra y Playa Desierta, en la Ilha da Barreta, proponen compartir en familia apacibles momentos de relajación y ocio. El Festival Internacional de Música do Algarve y la Feira de Santa Iria son algunas de las fiestas tradicionales más populares de la ciudad.

En Faro los visitantes encontrarán un amplio catálogo de alojamientos que incluyen cómodos hoteles de dos, tres y cuatro estrellas. Los viajeros descubrirán su alojamiento perfecto tanto en el centro de la ciudad como en sus alrededores, pudiendo hospedarse en un hostal o pensión perfectamente equipada con servicios de calidad. Asimismo, será posible descansar en un hotel junto a la carretera para estar más cerca del aeropuerto, tratándose de complejos modernos con instalaciones de negocios.

La localidad de Faro está perfectamente comunicada a través de la carretera con otros municipios como Olhao y Loulé. A través de la autopista, conocida como Via Infante de Sagres, se puede acceder a toda la costa del Algarve y también a la frontera con España. El aeropuerto se localiza a siete kilómetros de la ciudad y es el principal punto de entrada al sur de Portugal. Asimismo, el municipio dispone de una estación de trenes y de varias líneas de autobuses urbanos e interurbanos.

El clima de Faro es mediterráneo, con veranos cálidos y secos e inviernos húmedos, por lo que puede visitarse en cualquier época del año. La gastronomía de la localidad destaca por ingredientes frescos procedentes del mar y también por sus postres, resaltando platos como el arroz con navajas y el dulce Don Rodrigo, elaborado con yemas de huevo y almendras.