Tavira

Tavira es uno de esos lugares de Portugal que enamora. Enclavada en plena costa del Algarve portugués, se extiende a lo largo de la dos ribera del río Gilão, promoviendo un turismo slow al sur del país. Esta localidad ha sabido conservar la impronta que ha dejado la historia en sus edificios y que a día de hoy podemos leer en sus fachadas y en su casco, en el que el entramado de calles nos indica su pasado árabe. Además, sus plazuelas y calles empedradas crean un ambiente muy especial que invita a perderse en busca de la sombra. Pero además, a todo ello hay que sumar sus hermosas playas, conocidas como playas de la isla de Tavira. Presentan una estampa de gran belleza, puesto que forman parte del Parque Natural de la Ría de Formosa.

Para la alojarse en Tavira las opciones son muy numerosas y distintas. No faltan los hoteles y los resorts elegantes de cuatro estrellas, en los que los huéspedes más exigentes podrán contratar servicios de adaptados a sus necesidades. Muchos de ellos se localizan cerca de Tavira en localizaciones tranquilas, lejos de las multitudes. Otros ocupan puntos estratégicos del centro. Para bolsillos menos pudientes, existen hoteles de gama media, apartamentos y apartahoteles, que ofrecen la posibilidad de disfrutar del Algarve a muy buen precio.

Fuera del hotel, Tavira nos aguarda con partes diferenciadas. Por un lado, su interesante casco antiguo, por otro, el Parque Natural de Ría Formosa y por otro, su zona de playas. Comencemos por el asfalto para después conocer la naturaleza y terminar el viaje descansando sobre la arena. En el centro de este municipio nos espera, además de su propio plano, un total de 36 templos y antiguos monasterios que se unen a los vestigios de un castillo árabe. Tavira también fue víctima del devastador terremoto del 1 de noviembre de 1755, por lo que parte de la ciudad fue reconstruida tras semejante catástrofe. Un paseo muy bonito que se puede hacer es el que lleva por la orilla del río, en el que se descubren elegantes mansiones del siglo XVII, y en el que hay que cruzar su famoso puente de origen romano. Para comer algo o comprar un recuerdo, uno puede desplazarse hasta el Mercado de la Ribera, donde la animación es constante.

El terremoto del siglo XVIII también fue el causante de que se formara el Parque de la Ria Formosa, ya que este zona de lodazales y marismas surgió entonces. En él los amantes de la naturaleza podrán hacer múltiples actividades de turismo activo como avistamiento de aves, sobre todo en época de migraciones, rutas senderistas y en BTT, remar en kayak... También muy interesante es subirse a una embarcación desde el puerto de Tavira y recorrer toda la zona en barco para no perderse detalle de esta área de salinas.

Por último, acerquémonos hasta la playa de Isla de Tavira, a la que la única manera de llegar es en ferry. Hay dos líneas que llevan hasta allí. Una vez se atraviesa la Ria aún que hay andar un poquito hasta llegar a los arenales. El camino es amenizado por chiringuitos y tiendas, así como por restaurantes. La isla es totalmente peatonal, por lo que es muy segura y, aparte, está poco masificada, así que nada nos impedirá puede disfrutar de una jornada de playa sin necesidad de luchar por colocar la toalla y la sombrilla.