Sintra

Sintra es una ciudad del centro de Portugal que por su propio paisaje y su patrimonio se ha convertido en uno de los lugares más visitados del país vecino. Y es que los palacios se fusionan con un paisaje de montaña que forma parte del Parque Natural de Sierra de Sintra y todo ello a escasos kilómetros de Lisboa. Sintra está considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1995 gracias a todo lo que tiene que ofrecer.

Durante el día, las calles de Sintra y sus distintos palacios, que se expanden moteados en las montañas, bullen de vida, ya que muchos viajeros la escogen para pasar un día en ella y cuando el sol comienza a desaparecer, ellos se esfuman también. Para disfrutar más tranquilamente de esta localidad, uno puede reservar habitación en alguno de los establecimientos con los que cuenta. Existen hoteles de cinco estrellas que combinan elegancia con otras opciones como golf, jardines o edificios históricos de gran belleza. También hay opción de alojamiento más económico, adaptable a todos los bolsillos. Se puede llegar a ella tanto en coche (está a poco más de media hora de Lisboa) como en tren, ya que cuenta con una estación de ferrocarril que la conecta con la capital del país luso.

Una vez en Sintra hay mucho por visitar, pero destacan sus palacios, que se reparten en todo el territorio. No están cerca unos de otros y encima para ver algunos hay grandes cuestas, por lo que lo más recomendable es sacarse el billete del bus turístico e ir haciendo paradas en cada uno de ellos para verlos. El recorrido es circular. ¿Qué no hay que perderse? La lista es extensa, pero los indispensables, como podríamos llamarlos, son los palacios de la Quinta da Regaleira, el Palacio Nacional de Sintra, el Palacio da Pena y el Castillo de los Moros. Si hay poca gente, porque es temporada baja, os puede dar tiempo a ver todos o casi todos en un día, sino lo mejor es escoger los dos que más os apetezcan para un día y los siguientes para otro.

El más conocido es el Palacio da Pena, por sus extrañas formas fantasiosas y su colorido. Sus jardines complementan la visita a este castillo de cuento, en el que la mezcla de estilos hace que sea tan especial. Normalmente hay fila para ver el edificio principal, así que tened paciencia y si no queréis estar esperando, recorred sus jardines en busca de rincones. Para ello hay mapas que os guiarán. También muy interesante por el misticismo que esconde es la Quinta da Regaleira, con menos visitantes que el anterior, pero cuyos recovecos son muy atractivos. Además del edificio principal, no hay que dejar de deambular por sus cuevas laberínticas o acercase hasta el pozo iniciático, donde la sensación que os inundará es difícil de explicar con palabras.

Si os da tiempo, el Castillo de los Moros os invita a recorrer una fortaleza de origen árabe, integrada en un paisaje escarpado. Las vistas desde allí impresionan, pero hay que estar algo en forma para conocerlo bien por dentro. Más sencillo, pero no por ello menos interesante, es el Palacio Nacional de Sintra, donde hay un museo de arte con azulejos, muebles e historia.

Además de los palacios, el casco de Sintra por sí mismo es también un lugar con encanto, en el que encontraréis restaurantes, tiendas, cafeterías y muchos más servicios.