¿Dónde está el fin del mundo? Es imposible encontrarlo, pero lo que sí podemos hacer es viajar hasta lugares tan impresionantes que parece que se acaba ahí, ya que su inmensidad, tranquilidad y belleza nos pueden transportar hasta otro planeta.

Para que podáis perderos y alejaros del mundanal ruido os traemos tres destinos que os cortarán la respiración.

El Banco de Lobeia

El primero es el más cercano, porque ¿quién dice que hay que salir de España para encontrar este tipo de lugares? Nos vamos a desplazar hasta Galicia, hasta el humilde concello de Ortiguera, en la provincia de La Coruña. Allí, sobre un acantilado nos espera el banco con la vista más bonita del mundo. Entre Estaca de Bares y Cabo Ortegal, en Loiba, están las vistas más bellas. Al sentaros rápidamente descubriréis la razón de tal título. El Atlántico se abrirá ante vosotros. Pero no sólo será eso el imán que atraiga vuestra vista, sino que si acudís cuando el sol ha dado paso a la noche, el cielo estrellado os abrumará. Su fama se debe a que una fotografía del lugar, realizada por Dani Catxete, se coló entre las mejores instantáneas del proyecto TWAN y dio la vuelta al mundo. Así que igual os encontráis a más curiosos como vosotros en el banco. Nuestro consejo es que intentéis ir a horas en las que la afluencia sea menor para, así, disfrutar al máximo de este rincón lleno de magia.

Desierto de Atacama Chile

El siguiente destino nos lleva hasta unas coordenadas más alejadas. Nos detendremos en Chile para visitar su majestuoso e imponente Desierto de Atacama, donde espera su naturaleza, así como sus restos arqueológicos y, como no, su cielo estrellado. Es el desierto más seco del mundo y a lo largo y ancho de su geografía se descubren lugares únicos como salares, termas, volcanes, geisers, minas de cobre... En la zona del altiplano están los pueblos indígenas como el de San Pedro de Atacama. Pero en el desierto también hay oasis como el Parque Nacional Pan de Azúcar y el Parque Nacional Fray Jorge, dos reservas naturales que merece la pena visitar. Y por supuesto, reservar una noche para parar en alguno de los observatorios astronómicos como lo pueden ser Cerro Paranal y Proyecto Alm. Podéis alquilar un coche y recorrer sus carreteras, ya que es toda una experiencia y en algunas ocasiones creeréis estar viajando por Marte. ¡Ah! Coged ropa de abrigo porque por las noches la temperatura baja bastante.

Naturaleza en estado puro en Alaska

Como el famoso doctor nos vamos a Alaska, un rincón tan pintoresco como querido. Ubicado en el norte del continente americano, esta región estadounidense ofrece a los viajeros unas vacaciones muy activas a lo largo de su territorio. Lo más impresionante son sus Parques Naturales, en los que encontraréis senderos de todos los niveles, así como fauna muy variopinta. El más conocido es el Parque Nacional Denali, donde se ubica el Monte Mckinley. Si viajáis en verano (cuando la temperatura es más agradable) no podéis perderos el fenómeno natural que se crea con el sol de media tarde en lugares como la ciudad Anchorage. Son auroras boreales que os dejarán impresionados y que recordaréis toda la vida. También se pueden ver glaciares como el Glaciar Mendenhall o disfrutar en barco de la grandeza de sus fiordos.

Y vosotros, ¿qué lugar consideráis que podría ser el fin del mundo?