Florencia

No es de extrañar que el nombre del síndrome de Stendhal surgiera en esta ciudad. Ubicada en La Toscana, Florencia ha sido clave en la Historia del arte occidental. El Renacimiento fue su época dorada de la que aún podemos gozar a día de hoy gracias a la gran cantidad de patrimonio que ha llegado hasta nosotros. Si os estáis pensando en ir a Florencia no le déis más vueltas porque todo lo que os expliquemos se quedará corto.

En ella descubriréis al David de Miguel Ángel, la que es quizá la obra de arte más impresionante que haya existido jamás. También pasearéis entre sus palacios, escucharéis sus rumores en los mercadillos, os asomaréis a su río y os quedaréis de piedra observando la grandiosa cúpula de Brunelleschi que luce en la Catedral. A todo ello hay que sumar el carácter amable y cercano de sus vecinos con quien es fácil comunicarse. Para que la visita sea perfecta, deberéis probar sus cafés, sus vinos y, cómo no, su gastronomía italiana.

Indispensables

David de Miguel Ángel

Ya que lo hemos mentado casi en el primer párrafo, empecemos por él. No merece menos. La gran obra maestra de la escultura renacentista se localiza en La Galería de la Academia. Pocas cabezas son capaces de imaginar el impacto que provoca la primera visión de este hombre de mármol. Su perfección queda eclipsada por su tamaño. Tomaros vuestro tiempo para descubrir todos sus pliegues y rincones. La Galería, fundada en el siglo XVIII por el Gran Dique de Toscana Pietro Leopoldo, os ofrecerá la posibilidad de ver más obras como el Rapto de las Sabinas de Gimablogna o las pinturas de La Virgen del Mar y La Virgen con el Niño, dos ángeles y Juan el Bautista de Sandro Botticelli.

Catedral de Santa Maria del Fiore

Otro edificio que una vez visitado, no podréis olvidar. La Catedral de Santa Maria del Fiore es una de las obras maestras del Gótico y del Renacimiento italiano. Es probable que nunca hayáis conocido un edificio igual. Sus vistosos colores y las puertas de bronce (especialmente la puerta del este, obra de Ghiberti, conocida como Puerta del Paraíso) os atraerán como un imán, pero pronto recaeréis en su cúpula. Es obra de Filippo Brunelleschi y tiene una altura de 114 metros con 46 de diámetro. Lo más alucinante es que no dispone de sostenes para apoyar sus arcos, todo un reto superado con nota por el arquitecto italiano, que levantó mucho escepticismo entre los florentinos de la época. Hoy en día es posible subir al mirador de la cúpula para ver de cerca los frescos que la decoran en su parte interior, pero también para asomarse al exterior y observar desde allí una de las mejores panorámicas de Florencia. La Catedral se completa con más obras maestras de la arquitectura como el Baptisterio, con las puertas de bronce de Ghiberti, y el Campanario de Giotto, construido de manera independiente a la Catedral. Tras salir de su interior sentaros en la Piazza del Doumo a disfrutar de todo el conjunto arquitectónico. Igual, como le pasó a Stendhal, necesitaréis sentaros un poco para asimilar todo lo que habéis visto. Para visitar todos los lugares, podéis haceros con una entrada conjunta.

Galería de los Uffizi

Otra joya que esconde esta ciudad es la Galería de los Uffizi, un museo de gran fama y no es para menos porque en su interior alberga una gran cantidad de obras maestras. Muchas de ellas seréis capaces de reconocerlas, ya que son de estudio obligatorio en colegios e institutos. Entre los artistas más destacados se encuentran Botticelli, Giotto, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci o Rafael. Aquí veréis entre otras obras como El Nacimiento de Venus (Botticelli), La Adoración de los Magos (Leonardo da Vinci) o La Venus de Urbino (Tiziano). Es un de los museos de Italia con más afluencia, así que es recomendable que compréis la entrada adelantada o que vayáis a las horas de menos afluencia de público. Eso sí, reservad un buen rato, porque el arte que acoge lo merece.

El Ponte Vecchio

Sobre el río Arno se levanta el puente más famoso de Florencia y puede que uno de los más conocidos de Italia (con permiso del Puente Rialto de Venecia). Esta construcción es especial, ya que su historia data desde época romana. Lamentablemente esa estructura de madera no se mantiene en pie, pero sí el puente que se erigió en 1345. Desde el principio se concibió para que tuviera tiendas a ambos lados y éstas todavía se conservan, aunque hace ya siglos que dejaron de ser carnicerías y para convertirse en tiendas de orfebres y joyas. En el siglo XVI se le añadió el Corredor Vasariano, que une el Palazzo Vecchio con el Palazzo Pitti.

Palazzo Vecchio Aunque ahora se le conozca con este término, este palacio ha tenido diferentes nombres, dependiendo de los cambios políticos que sufría la ciudad. Así se ha llamado Palacio de la Señoría, Palacio de los Priores y Palacio Ducal. Se ubica en una de las plazas más conocidas de la ciudad, la Piazza della Signoria, presentado un aspecto de castillo, donde resalta su torre, que tiene nada más y nada menos que 94 metros de altura. Para conocerlo mejor se puede visitar su interior, descubriendo así lugares como la impresionante Sala del Cinquecento (con 17 metros de altura y 54 metros de longitud). Si tenéis tiempo no deberíais perdéroslo.

Piazza della Signoria

Otro indispensable es esta plaza, que siempre ha sido el corazón de Florencia desde época romana. En ella se han celebrado fiestas, competiciones y mucho más. Cuando os plantéis en ella podréis reconocer rápidamente el Palazzo Vecchio, pero no sólo captará vuestra atención este edificio, sino que descubriréis una copia del David, de Miguel Ángel. ¿Por qué? Porque la obra original estaba emplazada en esta plaza. Otras estatuas que os recibirán serán el monumento ecuestre de Cosme I, la fuente de Neptuno de Ammanati y una copia del Marzocco de Donatello. Igualmente, os daréis de bruces con la Logia dei Lanzi, en cuyos soportales observaréis esculturas clásicas como Perseo con la cabeza de Medusa o el Rapto de las Sabinas. Os podéis sentar allí para descansar y tomar un poco de fuerza para seguir conociendo Florencia.

Iglesia de Santa María Novella

A pocos pasos de la estación principal de trenes de Florencia, se localiza la Plaza de Santa María de Novella, coronada por la bella iglesia que lleva el mismo nombre. Es un espacio para descansar y sentarse en sus bancos. Por supuesto, aquí hay que parar el ritmo para conocer mejor el templo que se tiene delante con su fachada de mármol. Cuando traspaséis su puerta podréis vislumbrar frescos de gran belleza como el de La Trinidad, de Masaccio, así como el Crucifijo de Brunelleschi (su única escultura hecha con madera). Para completar la visita, si tenéis tiempo, os espera el Museo de Santa María Novella.

Iglesia de la Santa Croce

Terminamos la lista de imprescindibles con esta bella iglesia, el templo franciscano más grande del mundo, donde descansan los restos de personajes de vital importancia en la historia de Europa como lo son Miguel Ángel, Galileo o Maquiavelo, entre otros muchos que os sonarán cuando leáis sus nombres en las tumbas. En su parte interior, la decoración es menos llamativa que en Santa María Novella, no obstante eso no le resta importancia, puesto que dispone de frescos de artistas como Donatello, Giotto,o Brunelleschi. Por supuesto, no dejéis de salir a pasear por su claustro.

Unas vistas de postal desde Piazzale Michelangelo

Está un poco alejada del centro de la ciudad, pero el esfuerzo de trasladarse hasta allí habrá merecido la pena cuando ante vosotros tengáis la mejor vista de Florencia. Es un mirador ubicado en una bella plaza, donde podréis disfrutar además de un buen café. Para llegar, hay varias opciones. Una de ellas es ir caminando desde el Arno (hay que cruzarlo si se va desde el centro de la localidad). Otra posibilidad es ir en alguna de las líneas de autobús que dejan en la misma plaza. Podéis subir en autobús (líneas 12 y 13 desde la Plaza de la Estación) y bajar caminando, así no tendréis que enfrentaros a la cuesta y estaréis descansados para atisbar la grandeza de la ciudad. Fijaros en todos los indispensables, que desde este punto los veréis claramente. Muchos viajeros aprovechan que en la zona hay un gran aparcamiento para dejar ahí su vehículo y conocer a pie la ciudad.

Mercados llenos de vida

Florencia vive en sus mercados, donde se mezclan los turistas con los vecinos. Hay varios, pero los más conocidos se localizan en su centro. Así nos encontramos con el Mercato Centrale, levantado en 1784. Se considera como el mejor mercado de Florencia para comprar alimentos. Abre todos los días desde las 7:00, a excepción de los domingos y festivos. Aprovechad para comprar pasta, quesos, especias... Otro que debéis visitar es el Mercato San Lorenzo. Parte del Mercato Centrale y va hasta la Iglesia de San Lorenzo. En él encontraréis ropa, souvenirs o gafas de sol, entre otros muchos productos. Por último, os invitamos a que vayáis hasta el Mercato del Porcellino, conocido por su estatua de un jabalí salvaje. Ésta tiene una tradición según la cual si se toca el morro del animal estaréis predestinados a volver a Florencia. Así que si os ha gustado la ciudad, no lo dudéis, arremangaros las mangas y frotad el morro del jabalí. ¿Se cumplirá la leyenda?

Cárcel para intelectuales

Lo que antaño fue un lugar a donde nadie quería ir, hoy en día se ha convertido en uno de los centros de cultura más importantes de Florencia. Hablamos de la cárcel de ladrillo rojo de Florencia, que estuvo abierta casi un siglo desde finales del XIX. Si recorréis sus pasillos y celdas, no veréis a nadie apresado, sino que descubriréis libros, vinos, obras de arte y un sinfín de oferta cultural que os atrapará. Dentro de sus muros, os proponemos que os sentéis en Le Murate Caffè Letterario, un café donde se reúne la flor y nata de la cultura florentina para almorzar o tomar unas copas y así discutir sobre literatura, cine o arte. Además se organizan eventos, así que estad atentos a su agenda para acudir un día donde haya alguna cita de vuestra de agrado.

Un jardín inolvidable

El jardín de Boboli podría formar parte perfectamente de los indispensables de Florencia. Este bello espacio forma parte del Palazzo de Pitti. Recorrerlo os hará conocer mejor la historia de los Médicis, familia sin la que Florencia no hubiera llegado nunca a ser lo que es. En su interior pasaréis tiempo, conociendo grutas, estatuas, fuentes, lagos... Destaca el anfiteatro con su obelisco egipcio en el centro.

Probar la comida rápida florentina: los trippai

Los trippai son unos carritos con ruedas o puestos ambulantes que descubriréis en las esquinas de varias calles de Florencia. Allí os aguarda un rico tentempie conocido con el nombre de lampredotto, que no es sino un bocadillo en pan italiano de estómago de vaca en tiras, hervido, troceado y sazonado. Casquería de la buena. A pesar de que a primera vista a la hora de leer los ingredientes parece que no está hecho para todo tipo de paladares, pero una vez que se prueba... ¡Mamma mía! Hay puestos de gran tradición como el que se coloca en la esquina suroeste del Mercado Nuevo o el de la Piazza Sant’Ambrogio. Para qué descubráis cuál está más cerca de vosotros os dejamos un mapa con los mejores trippai de Florencia. Es un bocado barato que os hará entender mejor la idiosincrasia de los florentinos. Y, si no estáis preparados, para este tipo de comida, no os preocupéis porque por lugares y platos apetecibles no será. Probad las pastas, las pizzas y demás oferta culinaria de la ciudad. Al igual que en Roma, antes de sentaros mirad bien si el servicio está incluido o no en el precio final, normalmente cobran una tasa por cubierto.

Museo de Galileo

Además de arte, Florencia ha donado a la humanidad conocimientos en muchos campos, resaltando, por ejemplo, la ciencia. Por ello es una buena idea acercarse hasta el Museo de Galileo, también conocido como el Museo de la Ciencia, ubicado en el Palazzo Castellani. Dentro se expone el telescopio con el que Galileo descubrió los satélites de Júpiter a principios del siglo XVII (también tiene como reliquia un dedo del científico). Recorred sus salas, ya que en sus vitrinas se muestras herramientas e instrumentos desde la época del Renacimiento como artilugios quirúgicos, matemáticos, astronómicos, de navegación... Abre todos los días en horario de 9:30 a 18:00, a excepción de los martes que su horario es de 9:30 a 13:00.

Firenze Card

Al igual que otras grandes ciudades, existe la posibilidad de hacerse con una tarjeta especial por la cual se obtienen ventajas a la hora de acceder a los diferentes museos y monumentos de Florencia. La Firenze Card tiene validez de 72 horas desde el momento que se utiliza por primera vez y bien la podéis comprar por Internet o en los puntos de venta autorizados, situados en la propia ciudad. El precio es de 72 euros e incluye acceso gratuito a los trasporte de la ciudad (ataf&Linea buses y tranvía), acceso a la red WIFI de Florencia, una guía de museos y ofertas especiales. En el pack entran 72 museos y monumentos con sus exposiciones temporales y sus exposiciones permanentes. Entre ellos están los más reconocidos de la ciudad.

Dónde dormir

Al ser una ciudad acostumbrada al turismo, Florencia disfruta de una gran oferta hotelera con opciones de alojamiento para todos los bolsillos. Desde hoteles de cinco estrellas de gran lujo, a apartamentos, pensiones e incluso albergues. La mejor zona es el mismo centro junto a la Piazza de la Signoria y la Piazza del Doumo, pero cualquier alojamiento situado en un radio de unos 10-15 minutos andando del centro es una buena idea. Florencia es muy agradable de pasear. Una zona recomendable por su relación calidad-precio es la situada en la Fortezza da Basso, al norte de la estación de Santa Maria Novella. Desde ella se puede alcanzar el centro en un corto paseo. Cerca de la estación de Santa María Novella también se pueden encontrar alojamientos económicos y bien conectados con el centro.

Cómo moverse

Florencia es un destino muy cómodo para dejar la gasolina a un lado y ponerse en marcha caminando. Las calles de esta villa animan a sus visitantes a caminar incansablemente en busca de una nueva plaza, estatua, edificio... Este encanto se consigue en parte porque está prohibido circular en vehículo privado por un gran número de calles del centro. Aún así, Florencia cuenta con autobuses y tranvías, en los que hay que validar el billete, sino os arriesgáis a una buena reprimenda y a una multa. La mayoría de buses o microbuses (bussini) tienen principio y final de línea en la Estación de Santa María Novella. Además es importante saber que los billetes se pueden comprar en estancos, kioskos o en la propia oficina de ATA, encargada del transporte público florentino.