Destinos para chuparse los dedos
Un buen viaje siempre lleva implícito comer bien. El turismo gastronómico ha ido ganando peso en el mercado en los últimos años.
Evocar un recuerdo a través de un sabor es una manera sencilla de trasladarse de nuevo a esos días de vacaciones.
Por si todavía no habéis elegido destino o por si queréis hacer alguna escapada culinaria os vamos a recomendar cinco lugares para que vuestras papilas gustativas saliven de alegría.
Gastronomía en San Sebastián: tapas y estrellas Michelín
Al hablar de lugares gastronómicos no podemos dejar de recomendar San Sebastián. La Concha es un paraíso para el paladar. Es mundialmente conocida por sus pintxos, que se presentan en las barras de los bares como pequeñas obras de arte, listas para ser degustadas junto a un buen txacolí (vino vasco espumoso).
San Sebastián no sólo presume de tapas, sino que también de restaurantes. Quizás os suenen los nombres de Juan Mari Arzak, Andoni Luis Aduriz, Martín Berasategui o Pedro Subijana. Todos ellos tienen su negocio en Donosti.
De los siete restaurantes con tres estrellas Michelín que hay en España, tres se encuentran en la ciudad, además de contar con otro con dos estrellas. Esto no es algo que nazca de la casualidad, sino que aquí se cuida la cocina.
Tanto es así que en 2009 se abrió la primera universidad española de cocina, la Basque Culinary Center, donde los futuros cocineros pueden estudiar en la Facultad de Ciencias Gastronómicas o en el Centro de Investigación e Innovación en Alimentación y Gastronomía. Después de la comida podéis echar una buena siesta en algún hotel de San Sebastián.
Escapada gastronómica a Gerona
Tras una buena experiencia en el País Vasco, os proponemos un viaje a Cataluña, más concretamente a Gerona. ¿Por qué?
Pues porque allí se encuentra el que ha sido considerado como el mejor restaurante del mundo por la revista británica Restaurant. El nombre lo conoceréis, el Celler de Can Roca.
Es un lugar al que ir al menos una vez en la vida, como un capricho, como un premio. Hay que reservar y en su carta encontraréis dos menús, uno de 140 y otro de 175 euros.
Los encargados del mejor restaurante del mundo son tres hermanos Joan, Jordi y Josep, que con su esfuerzo, innovación y exquisita atención se han situado en lo más alto de la cocina mundial.
Tras una visita al lugar, se puede pasear por las calles de Gerona, una ciudad que guarda un patrimonio especial con más de 2.000 años de historia. Para dormir, podéis reservar una habitación en un hotel céntrico.
Roma
La siguiente parada también tiene más de 2.000 años de historia y encontraréis igualmente una cocina famosa en todos los rincones del planeta. Nuestra tercera sugerencia es Roma.
La capital italiana, además de ser una de las ciudades más bellas, ofrece a los visitantes un extra, su comida.
Hay alternativas para todos los gustos que van desde restaurantes refinados donde probar un plato de pasta bañado con los mejores vinos del país hasta los locales de pizza al taglio (al peso), que llenan el centro y que, aunque un poco grasientas, guardan un sabor mágico.
Además, se puede caminar hacia el Trastevere comiendo un rico helado cremoso de un sabor que ni siquiera podíais imaginar o hacer fila delante del Café San Eustachio para coger uno de sus famosos cafés y tomarlo al pie del Pantheon. Podréis descansar después en algún hotel de Roma.
Argentina y sus asados
Cruzando el Atlántico, otro lugar con fama por su comida es Argentina. ¿Quién no ha soñado alguna vez probar un rico asado argentino?
En el país latinoamericano es uno de los pilares de su identidad, tal es así que han surgido plataformas que han propuesto la celebración del Día Mundial del Asado Argentino.
Hacerlo se ha convertido en todo un arte. Hay que cuidar todos los detalles, desde cómo encender el fuego hasta el corte de la carne (normalmente de ternera).
Además siempre van acompañados de guarnición como morrones asados, berenjenas o papas al plomo y salsas de aderezo como la chimichurri o la salsa criolla. Lo mejor es que lo probéis viajando hasta Buenos Aires.
De postre, chocolate en Bruselas
Después de tanta comilona ¿apetece algo dulce? Para la última escapada gastronómica pondremos un poco de azúcar al menú. La idea es desplazarse hasta Bruselas para degustar el más intenso chocolate que podáis imaginar.
El chocolate apareció en esta ciudad poco después del descubrimiento de América y desde entonces han ido mejorando y aportando innovaciones.
Por ejemplo, fueron los belgas los que inventaron el praliné y ya sus comerciantes usaban desde su aparición bombones para cerrar más fácilmente los tratos comerciales.
Para conocer más, podéis visitar el Museo del Chocolate de Bruselas o probar los bombones que encontraréis en las numerosas tiendas que se extienden en los alrededores de la Gran Place. Consulta la oferta hotelera de la ciudad y elegid un hotel donde se conserve bien el chocolate.