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Un viaje con gin tonic

Con las altas temperaturas lo que más apetece es tomarse algo fresquito. Aprovechando el boom del gin tonic, os recomendamos cinco destinos que han sido primordiales para que este combinado exista. Así cada vez que saboreéis la intensidad de un gin tonic podréis deleitar a vuestros acompañantes con vuestros conocimientos sobre esta bebida.

El gin tonic nació de manera inesperada. A principios del siglo XIX, los médicos recomendaban a los soldados británicos destinados en La India y en África que mezclaran quinina con agua yazúcar para así evitar que se contagiaran de malaria. Este mejunje tenía un sabor muy amargo y fuerte. Para que pasara mejor, los soldados empezaron a mezclarlo con un poco de ginebra, sin saber que dos siglos después esa bebida sería lo más ‘in’ de los establecimientos mundiales. Por eso, nuestro primer destino está en Bombay. En esta ciudad india (de la cual tomaría nombre una ginebra posteriormente) el turista puede descubrir un nuevo mundo de sabores y olores. Fue en sus calles donde Mahatma Gandhi predicó su filosofía de la no violencia y dónde se rodó Slumdog Millionaire. Reservad habitación y empezad a preparar un viaje que os marcará de por vida.

Antes de que naciera el combinado hubo que inventar la ginebra. También surgió como remedio médico y su origen se sitúa en los Países Bajos. Fue creada para combatir la peste bubónica. Sin embargo no fue hasta el siglo XVI cuando se atribuye el invento a Franciscus de la Boe, quien también la usaba con fines medicinales. La primera casa que fabricó ginebra se fundó en 1575 en Amsterdam por Lucas Bols. En la actualidad se puede visitar un museo dedicado a este pionero en la capital de Holanda, con consumición incluida. Después del cóctel lo mejor es descansar en un hotel de Amsterdam.

Los holandeses inventaron la ginebra, sin embargo, quienes la popularizaron fueron los británicos. Los soldados ingleses descubrieron en Holanda este licor que hacía que los combatientes holandeses tuvieran una valentía especial. Sin embargo, se reconoce a Guillermo III de Orange como propulsor de esta bebida en la isla. El monarca prohibió a finales del siglo XVI la importación de Ginebra de Holanda, por lo que se empezó a generalizar la bebida fabricada en Inglaterra. Se aumentó la producción de medio millón a cinco millones de galones, siendo más barata la pinta de ginebra que la de cerveza. Para visitar la destilería más antigua de Inglaterra podréis viajar hasta Plymouth. Allí, cerca del puerto, se encuentra Black Friars, la única fábrica de ginebra que produce Plymouth Gin, con denominación de origen desde 1800. Podréis visitarla y ver el alambique donde se fabrica desde 1855, y, lo que es más, si contratáis una visita guiada aprenderéis cómo hacer vuestra propia ginebra. Después os la podréis beber en la habitación del hotel en Plymouth.

Un buen gin tonic necesita una tónica acorde. No se sabe muy bien el origen de la tónica, pero cuenta la leyenda que sirvió para curar a la esposa del Conde de Chichón, virrey del Perú, en el año 1638. Esta bebida le fue entregada a la señora por un indio de la zona. El árbol de la quinina crecía salvaje al pies de los Andes y los nativos usaban su corteza como ingrediente junto al agua de una especie de jarabe milagroso. La esposa del Conde Chichón se curó y quiso que más enfermos conocieran las virtudes de esta bebida, informando incluso a los reyes en España. Los jesuitas también fueron importantes en su extensión ya que la recomendaban y la regalaban a los colonos para evitar el contagio de enfermedades. Para conocer de cerca este árbol y la historia de Perú, os recomendamos que viajéis hasta el país que lleva en su escudo el árbol de la quina y descubráis todos sus encantos que no son pocos: Arequipa, Cuzco, Machu Picchu, Lima, Nazca, Puno… Echad un vistazo a su oferta hotelera y prepararos para un viaje inolvidable.

Después de tener ya la ginebra y la tónica, podríamos añadir un nuevo ingrediente a la mezcla ¿Qué tal un pepino? Este vegetal se ha hecho popular en el mundo de este cóctel ya que le da un sabor peculiar al gin tonic. Se sustituye el limón por el pepino y éste pega más si la ginebra escogida lleva esencias de dicha planta. Para conocer el mayor huerto de pepinos en España, hay que desplazarse hasta Almería. Se puede visitar la ciudad y relajarse en su costa o perderse en el Parque Natural del Cabo de Gata. Al atardecer tomarse un buen gin tonic con pepino en un chiringuito de la playa puede ser el inicio de una larga y divertida noche. Podéis reservar una habitación en la provincia.

Este viaje del gin tonic termina aquí, pero ahora comienza el vuestro… ¿Cuál es el mejor lugar en el que os habéis tomado un gin tonic?

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