Puerto de Hamburgo

Fundado por el Conde de Schauenburg, nada menos que en el año 1189, y restaurado tras los intensos bombardeos aliados durante la Segunda Guerra Mundial (desde aquí salían los submarinos que acosaban a las flotas aliadas en sus travesías por el Atlántico), el que es segundo mayor puerto de Europa (hasta 320 barcos pueden atracar aquí al mismo tiempo) ofrece desde visitas guiadas por las instalaciones portuarias a accesos, en los amarres, al Rickmer Rickmers y San Diego Cape (Cabo San Diego), dos históricos barcos permanentemente allí atracados. ¿O quizás se prefiera un paseo en barcaza para ver el lugar desde el agua?

Tremendamente activo –por aquí pasan, anualmente, entorno a 13.000 barcos con banderas de todo el mundo- y en constante renovación, desde el año 2007 se puede visitar la antigua sala de emigrantes del puerto (Ballinstadt), desde la que millones de personas salieron hacia América desde mediados del siglo XIX (la línea Hamburgo/Nueva York comenzó a operar en 1847).

Claro que, si histórico es el puerto, no menos lo son algunos lugares del entorno, como por ejemplo el popular Fischmarkt, un mercado callejero que funciona desde el año 1703 y en el que se venden y compran todo tipo de objetos... por no hablar de la ciudad almacén, situada entre las localidades de Deichtorhallen y Baumwall, y en la que se almacenan mercancías llegadas desde todos los puntos del planeta. En el paseo por este territorio aguarda, para las parejas enamoradas, un romántico idilio entre canales, edificios de gótico báltico y curiosos hastiales y torreones.