Caldea, un jacuzzi entre las cumbres pirenaicas
Andorra la Vella y más concretamente Les Escaldes, es el lugar al que ir para disfrutar de una peculiar experiencia: darse un jacuzzi, al aire libre (evidentemente, con agua caliente) rodeado por las cumbres nevadas de los Pirineos. El contraste de temperaturas entre el frescor de las mejillas y el calor del resto del cuerpo, sumergido en el agua, es una experiencia… extremadamente deliciosa. Esta zona de la instalación balnearia es continuación de una serie de lagunas interiores en las que, al caer la noche, se organizan vistosos espectáculos nocturnos.
Uno tiene que venir a Caldea sin prisas, dispuesto a pasar aquí un tiempo sin reloj –la propuesta resulta ideal, por ejemplo, para cuando se ha pasado la mañana esquiando… o practicando actividades de turismo activo en la montaña-. Es entonces cuando el viajero encontrará una especial satisfacción sumergiéndose en los baños indoromanos (cambios de temperatura entre agua caliente y fría), caminando por el baño islandés (estimulando la circulación gracias al poder del hielo) o perdiéndose en los vapores de Hammam (con el calor húmedo de 55° C favoreciendo la respiración). ¿Qué no es suficiente? Pues entonces, siempre se podrán solicitar servicios como la chocolaterapia, masajes variados, rituales de belleza, tratamientos anticelulíticos, aerobaños de aceite, leche o esencias cítricas…
Uno de los balnearios más grandes de toda Europa, aquí se podrá gozar del flotarium, una novedosa instalación cuyo disfrute equivale, según los expertos, a cinco horas de sueño reparador ¿el secreto? El cuerpo levita en una solución de seiscientos litros de agua y trescientos kilos de sales de magnesio. Vamos, como viajar al Mar Muerto… sin alejarse de los Pirineos.