Linz, un tesoro cultural…a una hora de los Alpes

Aunque la ciudad austriaca de Linz fue capital europea de la cultura en el año 2009, la verdad es que, paseando por las calles y plazas de su centro histórico, cualquiera puede comprobar que aquí no necesitan de título alguno que recalque lo que ya es Linz durante los 365 días del año: una propuesta cultural de primer orden. Y es que en su emplazamiento, bañada por las aguas del Danubio y rodeada de altas montañas, la que es capital de la región de la Alta Austria e importante localidad industrial, es también sede de algunas de las instituciones culturales más pujantes e innovadoras que, a día de hoy, se pueden encontrar en cualquier rincón del mundo… siendo quizás, de entre todas ellas, el Ars Electrónica Center el top ten. Imán para los artistas electrónicos del planeta Tierra, es éste el lugar ideal en el que contactar con los más rompedores medios de expresión artística asociados a ordenadores, robótica y aplicaciones digitales en general. Aquí el futuro es presente… y el Festival Ars Electrónica es la escenificación anual (cada mes de septiembre) de todo un programa multidisciplinar relacionado con este nuevo fenómeno cultural y el uso de nuevas tecnologías digitales

Claro que, evidentemente, no se acaba ahí la oferta cultural de la ciudad. Anejo a los embarcaderos del Danubio, el Museo Lentos, espectacular construcción de cristal y hormigón, es una joya de la arquitectura en si misma (no hay que perder la oportunidad de acercarse hasta allí a la caída del sol…y dejar que la boca se abra de asombro ante la espectacular iluminación nocturna del edificio). Claro, que si el exterior es de foto, el interior es de premio: más de 2.000 obras de arte, entre fotografías, pinturas y esculturas firmadas por algunos de los más grandes del arte moderno. Y es que en el Museo Lentos nombres cómo los de Klimt, Schiele, Kokoschka, Corinto o Pechstein no son, en absoluto desconocidos.

¿No es suficiente? Bueno, pues, si no lo es, a dos pasos espera la Brucknerhaus, un símbolo de Linz desde que Herber Von Karajan la inauguró en 1974. En ella se representan todos los estilos musicales, desde la música clásica a las obras más modernas. También es sede de los conciertos más importantes del Festival Brucknerfest, dedicado fundamentalmente a la música clásica o del programa “Klassisch Anderen” donde se dan cita reconocidos artistas de todo el mundo. Más información en www.brucknerhaus.linz.at.

Un pasado ignominioso… que no esconde

El nacimiento de Hitler en Braunau, no lejos de aquí; la construcción del campo de exterminio de Mauthausen, a 15 kilómetros; que el líder del partido nazi estudiara aquí y proclamara la anexión de Austria, por parte de Alemania, desde el balcón del Ayuntamiento Viejo… demasiados hechos, repugnantes, cómo para que esta ciudad no tuviera todas las papeletas para ser sepultada por la Historia. Sin embargo, Lintz ha sobrevivido a la oscuridad… y a los bombardeos que, al final de la Segunda Guerra Mundial, convirtieron en ruinas tres cuartas partes de su caserío. Fielmente reconstruida por sus habitantes, la ciudad ha afrontado con valentía aquel oscuro capítulo de su historia… cómo también ha afrontado el cierre de muchas de sus fábricas de acero. La ciudad en la que Mozart dio su primer concierto, cuando sólo tenía seis años (octubre 1762) gusta de compararse con Bilbao por este motivo, gracias a los edificios singulares que se alzan en el llamado Distrito de la Estación.

De sabor más antiguo y tradicional, las calles por las que pasearon ilustres vecinos que tuvo esta ciudad, cómo el músico Anton Bruckner o el poeta Rilke, siguen teniendo un profundo poder evocador, con un pequeño casco antiguo conformado por cuatro calles empedradas en torno a la antigua plaza del mercado, fachadas barrocas y tiendas y locales centenarios. Una singular gozada…de veras.