Costa de Galicia

La costa de Galicia son casi 1500 km de litoral, donde la tierra y el mar se funden creando espacios singulares y míticos, entre arena y acantilados, entre montes y playas. Durante muchos siglos fue el fin de la tierra conocida, de hecho, en Finisterre se hundía el Sol en el horizonte y ahí terminaba el mundo. Pero también ahí mismo, en Galicia, al interior se encuentra Santiago de Compostela, que sigue siendo una de las referencias fundamentales para quienes hacen el Camino y peregrinan buscando su sentido o simplemente marchan para dar el abrazo al Santo. Los hoteles de la denominación de costa de Galicia se distribuyen a lo largo de todo el litoral, concentrándose de manera especial en las zonas más turísticas, como las playas de Sanxenxo, las de Nigrán y Bayona y en las ciudades gallegas. De todas ellas, la más populosa y dinámica es Vigo. Desde lo alto del Monte do Castro se ve el puerto y se intuyen los ritmos de una ciudad activa y vital, que se respira al caminar por su casco viejo. Aunque los caprichos de la política y de la historia no le han dado el estatus de capital.

Administrativamente Galicia está dividida en cuatro provincias, salvo Orense que no tiene costa Pontevedra, Coruña y Lugo ofrecen sus comarcas costeras para el viajero que quiere pasear por sus playas, con casi una veintena con el distintivo de bandera azul y un esfuerzo permanente para aportar calidad en sus servicios. Tradicionalmente la costa de Galicia se ha dividido en rías Altas y rías Bajas. Si se mira con algo más de detalle, corresponden con cuatro territorios costeros con características propias que se corresponden con cuatro zonas hidrográficas diferentes. De norte a sur son las Rías Altas, la Costa Ártabra, la Costa de la Muerte o costa da Morte, las Rías Bajas y la desembocadura del Miño. En cada uno de ellos se encuentran hoteles donde la costa de Galicia se muestra con sus riquezas y singularidades. Son lugares donde perderse y disfrutar de todo un mundo de sensaciones y de la magia de aquellas viejas “meigas galegas” que han trascendido al paso del tiempo. El clima de la costa de Galicia está marcado por el influjo del Atlántico que le da un carácter moderado, ni demasiado frío en invierno ni demasiado caluroso en verano, pero siempre acompañado de la humedad y de la lluvia. Precisamente, las prendas para protegerse de la lluvia son necesarias en todas las estaciones del año, aunque suele ser imprevisible a largo plazo. Nunca se puede prever completamente cómo serán los días. Sin embargo, esa característica también es un elemento que aporta un encanto especial a quienes se acercan a la costa de Galicia. Donde el paisaje está dominado por el verde de los prados, las “fragas” y los bosques que se acercan al mar. Los hoteles de la costa de Galicia recorren el abanico completo de calidades y oferta para el visitante. Desde la desembocadura del Miño, en la villa de La Guardia, mirando desde el alto del monte de Santa Tecla, paseando por los restos del castro prerromano se ve la inmensidad del horizonte y las tierras próximas de Portugal. Hasta la desembocadura del río Eo en Ribadeo con sus hermosas playas, destacando la de As Catedrais, que muestran la fuerza del mar y la erosión de los elementos. Las ciudades, municipios y parroquias gallegas despliegan un repertorio casi infinito de opciones de turismo de aventura, cultural, gastronómico, de naturaleza o, simplemente, de sombrilla y playa.

Para los amantes de la Naturaleza, en la costa de Galicia hay que señalar los parques naturales de las Fragas do Eume junto con el de Las dunas de Corrubedo y lagunas de Carregal e Vixán. Y especialmente destaca el parque nacional Marítimo terrestre de las islas Atlánticas de Galicia, son 8.480 hectáreas donde se incluyen Archipiélagos de Cíes, Ons y Cortegada, en la parte de Pontevedra y el Archipiélago de Sálvora, en la de Coruña. Es un lugar donde la fauna y la flora se muestran intactas y protegidas de la acción humana. Si se quieren visitar hay que reservar y planear bien el viaje, sobre todo en temporada alta. Coruña es otra de las ciudades que hay que conocer y donde descubrir las huellas de la historia a los pies de la torre de Hércules, pero también los avances de la ciencia en su museo. Los balnearios, los paradores de la costa de Galicia son elementos también presentes en la agenda de sus visitantes. Como también la posibilidad de practicar los deportes náuticos de todo tipo. En los últimos años han aumentado las playas que se llenan de “surferos” y jóvenes que se atreven a cabalgar las olas. Otro elemento destacado de la costa de Galicia es su oferta gastronómica. En los hoteles y restaurantes de la costa de Galicia se puede disfrutar de una gran variedad de pescados y mariscos, de carnes y de productos de la tierra. El pulpo a la gallega, percebes y mejillones, lacón con grelos, el cocido, los embutidos, los pimientos de Padrón. Los postres como la tarta de Santiago, quesos, cuajadas y almendrados. Regados por los vinos de las cinco denominaciones de origen de Galicia la de Monterrei, las Rías Baixas, la Ribeira Sacra, la de Ribeiro y la de Valedoras. Las queimadas donde los aguardientes del país se van quemando mientras se invocan las fuerzas de la Naturaleza y se disfruta de la compañía de las amistades.