Costa Verde

El Principado de Asturias cuenta con algo más de 400 kilómetros de litoral bañados por el mar Cantábrico. Desde Castropol al oeste, en la comarca de Oscos-Eo, junto a la ría del Eo, que traza el límite con Galicia, hasta el concejo de Ribadedeva, al este, separado de Cantabria por la desembocadura del río Deva. A todo ese territorio de la costa asturiana se le denomina costa Verde, posiblemente por el color de un paisaje donde las montañas, los prados, bosques y playas forman una unidad casi indivisible. De hecho, en el Oriente Asturiano, en poco más de quince kilómetros se puede saltar de la arena de las playas de Llanes a las nieves de los picos de Europa. Y esa va a ser una constante de una costa donde se combinan el turismo tradicional en el medio rural, con los hoteles a pie de playa en zonas urbanas más populosas. Los hoteles de la costa Verde y los alojamientos turísticos de la zona ofrecen a sus visitantes una oferta muy rica y variada en todos los campos. Quienes busquen combinar el ocio, con la Naturaleza y la aventura encontrarán en la Costa Verde un lugar ideal para practicar sus aficiones. Por ejemplo, se pueden alojar a pie de playa y plantearse una ascensión o una marcha senderista descendiendo el Cares o caminando por las montañas del Parque Nacional de los Picos de Europa. Uno de los parques más emblemáticos de la red nacional. Aunque está en el interior, se puede decir que forma parte de la costa Verde. El Parque de Picos de Europa cuenta con casi 65000 hectáreas de extensión repartidos entre las provincias de Asturias, León y Cantabria. Contando con una zona de especial protección para las aves en la Montaña de Covadonga y considerada como Reserva de la Biosfera desde 2003 —una de las cinco con las que cuenta el Principado—. Y con lugares cargados de simbolismo como el santuario de la virgen de Covadonga de un incalculable valor emocional y religioso para los asturianos, pero también para gentes de todas partes. O como los lagos de Enol donde se han desarrollado etapas épicas de la vuelta España y donde muchos aficionados al ciclismo se prueban a sí mismos enfrentándose a las duras rampas de esas carreteras de montaña. Además, desde los hoteles de la costa Verde, también se puede disfrutar de los deportes náuticos, especialmente del surf y de la vela donde las olas del mar Cantábrico ponen a prueba a todos los deportistas. Pero también de la pesca deportiva tanto el mar como en los ríos que bajan de las montañas. Algunos de ellos siguen siendo lugares idóneos para la pesca del salmón. Precisamente, al primer salmón de la temporada se le llama “campanu” y se convierte en una pieza excepcional que alcanza precios inverosímiles en su subasta. Tampoco se debe olvidar la práctica del piragüismo, rafting y similares. Una de las referencias, que trasciende fronteras, es el descenso del Sella, entre la localidad de Arriondas y Ribadesella, que se inició en 1930 y ha convertido al primer sábado de agosto después del día 2 en una fiesta que atrae a un sinnúmero de regatistas y canoas. Gijón es otra de las ciudades clave en la costa Verde. Su rivalidad con Oviedo, capital del principado, ha generado una dinámica interesante en todos los ámbitos. Para los visitantes de la costa Verde es un acicate participar de sus actividades culturales y su vida urbana, su playa y sus sidrerías. La semana negra de Gijón es una de las actividades culturales que lleva más de veinte años atrayendo a público de todo el mundo. Otro de los grandes atractivos de la costa Verde es su oferta gastronómica y culinaria. Posiblemente sea uno de los lugares de España donde mejor se puede comer, con precios para todos los gustos y siempre con unas calidades superiores. En el caso de la costa Verde la bebida por antonomasia es la sidra. Se escancia participando de un ritual y de un modo de relacionarse. Las tascas y los sitios más elegantes comparten la pasión por ese zumo de manzana fermentado. Pero, además, la variedad de quesos asturianos es también uno de los placeres que podrán disfrutar los visitantes de los hoteles de la costa Verde. Es posible que sólo se conozca el queso de Cabrales, pero hay hasta más de cuarenta tipos distintos y tres denominaciones de origen. Otro de los grandes guisos asturianos es la fabada, que acompañada de un besugo a la espalda y arroz con leche de postre satisfacen a los más exigentes gourmets. Los hoteles de las costa Verde también permiten disfrutar del rico patrimonio arquitectónico de la zona. Son dignas de conocer y ser visitadas tanto las iglesias prerrománicas, como los castros, los cuevas prehistóricas y los espacios arqueológicos, que desde los astures ha ido sedimentando una fuerte identidad de las gentes y su territorio. La música popular asturiana con sus danzas y gaitas ha consolidado un imagen singular de la que se puede disfrutar en la costa Verde.