Plitvice, el parque nacional de los dieciséis lag

No es extraño que, con tan fantástica fisonomía, este lugar sea Patrimonio de la Humanidad desde 1979… y que sea lugar de residencia de ciervos, osos, lobos,,, y de un gran número de aves.

Abierto durante todo el año –aunque las mejores fechas para venir son verano e invierno- quien venga aquí habrá de saber que, elija la forma que elija para recorrer el espacio (caminando, en bici, navegando por los lagos en barcos eléctricos o subido en un microbús) no tendrá nada más que hacer que disfrutar de un hermoso paisaje cuajado de naturaleza salvaje.

Surcado de senderos suficientes como para tirarse ocho horas seguidas caminando por Plitvice –hay paneles desplegados, aquí y allá, con el trazado de los recorridos; se puede obtener todo tipo de información y mapas en la oficina del parque- este parque nacional, fundado en 1949, está situado en una zona de montaña de aspecto karskastico, cerca de la frontera con Bosnia Herzegovina y muy bien conectado con la muy turística costa mediterránea de Croata.

Con una cantidad de visitantes anuales que suman, anualmente, entorno a 1,2 millones de personas, el colorido de los lagos va desde el gris y el verde, pasando por el azul celeste. Ello es debido a los microrganismos y minerales que, de forma natural, se encuentran en las aguas de cada uno de ellos.

Descendiendo, a lo largo de los ocho kilómetros arriba mencionados, desde los 636 a los 503 metros de altitud, el parque nacional debe su nombre a una derivación de plitko, término croata que alude a poca profundidad… quien sabe a que debido puesto que los lagos, con varias de decenas de metros de profundidad, no son, en absoluto, poco profundos.

La verdad es que merece la pena acercarse a un lugar espectacular que queda a tan sólo cincuenta y cinco kilómetros de la costa del mar Adriático, una de las más bellas del Mediterráneo con monumentales ciudades que la jalonan y que son auténticas joyas arquitectónicas, con una historia propia, con un pasado medieval que las hace dignas de visitar e invita al viajero a perderse por ellas: Dubrovnik, Split, Sibenik… entre otras. Y si sus costas se jalonan de ciudades medievales y de islas rodeadas de aguas verdes y cristalinas, el interior no deja de ser menos atractivo… así que bueno será apuntar el nombre de Plitvice para el próximo viaje que hagamos a Croacia.