Información
Este hotel urbano está situado al lado del puerto de Hvar, a 200 m de la plaza principal de la ciudad. La playa, el teatro, la catedral y la logia se encuentran a 4 minutos a pie del hotel y la fortaleza de Hvar dista unos 2 km. El aeropuerto de Split dista aproximadamente 75 km del hotel.Con unas vistas impresionantes de la fortaleza, el puerto de yates y el casco antiguo, el hotel ofrece un ambiente clásico adriático. Un agradable paseo desde el hotel lleva a los huéspedes a las mejores playas de la ciudad, a la mayoría de las impresionantes maravillas arquitectónicas y a la alegre vida nocturna. También cuenta con el tranquilo y relajado restaurante y salón Harbour Terrace, donde los huéspedes podrán disfrutar de una deliciosa selección de platos de marisco servidos en un emplazamiento con vistas al puerto. El bar deportivo y asador está situado en la planta baja del hotel. El hotel consta de 55 habitaciones en total y recepción 24 horas.Las habitaciones están disponibles con vistas al mar o al parque y todas ellas ofrecen un tranquilo ambiente adriático y un confort práctico. Están equipadas con ducha y dos camas individuales. Hay cunas disponibles a petición.La playa que hay cerca es de guijarros.Cada mañana se sirve un desayuno de bufet.
Opiniones
Opiniones
1 OpinionesBeatriz, viajó en
Bilbao
Viaje de vacaciones en pareja
Estaba genial ubicado, pero no eran muy simpáticos, lo mejor del hotel es que tiene un desayuno buffet incluido con buenas vistas al mar, pero la habitación tenía en total solo dos enchufes uno para el ventilador (no había aire acondicionado y el ventilador no enfriaba nada) y el otro enchufe era para la nevera que no enfriaba, una cortina estaba rota y la habitación descuidada, el último día dejaron de funcionar los dos únicos enchufes que había, fuimos a recepción y no conseguimos nada, no podíamos estar sin cargar nuestros aparatos digitales, así que tuvimos que volver a bajar para que hiciesen algo y al no conseguir nada, pedimos la hoja de reclamaciones, la cual parece ser que asusto al recepcionista y subió a mirar los plomos, los cuales se habían apagado. No repetiría ni loca la estancia allí.