Ojén

Desde el Neolítico, esta zona de la provincia de Málaga ha visto pasar a una increíble cantidad de civilizaciones que han ido dejando su huella tras de sí. Toda la riqueza cultural acumulada es la que se deja ver hoy por las blancas y empinadas calles de Ojén, un pueblo que es todo un regalo para el viajero que ande buscando nuevas experiencias. Parajes naturales para los más activos, productos gastronómicos de alto nivel como el célebre aguardiente hecho en la zona o monumentos con tanta histórica como belleza son los ingredientes que se mezclan en esta localidad. Y todo ello sin olvidar que las playas de la Costa del Sol están bastante cerca para hacer aún más completa la estancia.

Es una buena idea comenzar la visita a Ojén por El Mirador, ya que desde esta elevación puede verse el pueblo al completo y las aguas del Mediterráneo de fondo. Otro lugar digno de visita es el de las Cuevas. Estas formaciones naturales se han aprovechado desde la antigüedad como refugio y almacén con distintos usos, por lo que están cargadas de historia. Ya en el interior del pueblo, hay una serie de lugares que no hay que perderse. Por ejemplo, la fuente de los Chorros lleva desde 1905 dando agua a los habitantes de la localidad y tiene un encanto muy especial. De igual forma, no hay que dejar de visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación. El edificio, comenzado a construir a principios del siglo XVI, mantiene una torre que guarda restos del alminar de la antigua mezquita árabe, lo que resulta realmente interesante para el viajero.

Una de las mejores cosas que puede hacerse en esta localidad malagueña es disfrutar de sus muchos museos para conocer de cerca una cultura con siglos de antigüedad. Entre los más interesantes se encuentra el del Molino de Aceite. En este espacio se muestra como se obtiene el aceite de oliva desde la antigüedad, por lo que resulta muy interesante. Igualmente, el Museo del Aguardiente es parada obligada para todos los visitantes. Esta bebida hizo que Ojén fuese conocida en todo el mundo, y aún mantiene una estrecha relación con el pueblo que puede conocerse de cerca en este espacio cultural. Por supuesto, explorar los alrededores naturales es fundamental. En ellos destaca la Sierra de las Nieves, un espacio de alto valor en el que poder practicar senderismo o, simplemente, relajarse en plena naturaleza.

Ojén ha conseguido hoy ser uno de los pueblos más visitados del interior de la provincia malagueña, por lo que su oferta de alojamiento cubrirá las necesidades de cualquiera. Encontrar una habitación en un hostal o un hotel es realmente sencillo. Además, hay opciones para todos los gustos tanto en número de servicios como en precio, todo para que la estancia sea la adecuada.

Una de las posibilidades para llegar hasta Ojén es desde la cercana Marbella. El recorrido no ocupa más de 20 minutos en coche si se conduce por la A-355. Por su parte, Málaga está a una distancia aproximada de 60 km. Esta puede ser recorrida por la Ap-7 en menos de 1 hora, por lo que esta posibilidad también es muy interesante.

Al margen de su aceite de oliva y del aguardiente, la gastronomía aquí tiene otros muchos encantos. El arroz con hinojo es uno de los platos tradicionales, lo mismo que la sopa de caldo o dulces como los roquetes, por lo que es aconsejable detenerse en los restaurantes tradicionales de la zona para probar todas sus especialidades.