Una iglesia muy especial

Si hay algo que no falta en Sevilla son iglesias, ermitas y templos de diversas categorías; casi todas muy concurridas por propios y foráneos. Hay algunas, pocas, que guardan su belleza de arquitecto, tallista y pintor para los pocos que gustan de salirse de los recorridos masivos y curiosear por plazuelas, callejas y callejones. Es el caso de la capilla de San José, entre las calles Sierpes –famosa por su sucesión de tabernas- y Tetuán, en pleno centro de Sevilla.

Regentada por los frailes Franciscanos, pese a su pequeño tamaño, esta ermita es uno de los mejores ejemplos del barroco sevillano. Construida por encargo del gremio de carpinteros, allá por el año 1699-1766, aquí trabajaron virtuosas manos como las de Pedro Romero o Pedro Duque Cornejo.

Bien de Interés Cultural, cuando uno entra en este lugar lo que encuentra es un hermoso repertorio de retablos y murales barrocos (siglo XVIII) que recorren las paredes interiores del templo.