Sobrarbe, comarca a la sombra de Monte Perdido

La comarca del Sobrarbe es una desconocida por muchos pero que guarda parajes y pueblos de gran belleza. Cuando a mitades del año 2012, se inauguró la carretera Sabiñánigo-Fiscal (Pirineo de Huesca) dejó de ser necesario pasar por el túnel de Cotefablo cuando se circula por la zona. Con ello se mejora la seguridad del viaje, se acorta el tiempo que hay que emplear en el mismo (de 70 minutos pasamos a sólo 15), pero también se esfuma el viejo encanto de vivir una suerte de viaje en el tiempo, el que sentía (siente) el viajero que, previa travesía por ese túnel monotubo, se trasladaba desde la localidad de Biescas a la de Broto, pleno corazón del Pirineo, pleno corazón de la comarca del Sobrarbe. Monte Perdido, parque nacional de Ordesa, valles de los ríos Ara y Cinca.. los topónimos de la comarca suenan, sobre todo si se escuchan desde la lejanía, a nido de leyendas, a parajes que llaman a perderse a escenarios de cuento o de película (seguramente los hobbits, de haber existido (¿es que no existieron?) se habrían sentido muy a gusto en estas tierras.

Tierra fronteriza; lugar de viejas batallas de conquista; rincón de huidas, exilios y escondites (para hacerse una idea de lo recóndito baste decir que el topónimo Monte Perdido, fue cosa de un montañero francés que decía –es verdad- que muchas veces la montaña no es visible desde Francia), en el Sobrarbe se han respetado, sobremanera, las leyes de la tradición, hasta el punto de poner en riesgo, con ello, su propia existencia de lugar habitado por el hombre. Ello es debido a que, en las familias ganaderas, el primogénito hereda toda la hacienda… por lo que al resto de la prole le quedan pocas opciones de subsistencia… aparte de la emigración. Así se ha llegado a la situación de que, de la mitad de los asentamientos humanos que tuvo la comarca, prácticamente la mitad están, a día de hoy, despoblados (cualquier día, como ya ha pasado en el pueblo catalán pirenaico de Peguera, un jeque árabe se encaprichará de una de estas poblaciones abandonas y, con la lucrativa intención de convertirla en retiro para potentados, la comprará). De momento, y aparte del negocio rural, es la industria del cine la que ha puesto el objetivo de sus cámaras en estos lares. Y es que son muchas las películas y documentales que aquí se ruedan, como por ejemplo la española Tres mil o Cloud Atlas, película dirigida por los hermanos Wachowsky (los realizadores de Matrix) y protagonizada por Halle Berry.

Quizás por estar más apartado de todo (no en vano, su topónimo procede de torre –por algo está a mil metros de altura-) a la población de Torla siquiera ha llegado esa mínima expresión de revuelo que conocen sus vecinos cinematográficos. Lugar apacible de tranquilidad infinita, para el que viene hasta aquí a descansar la vida se convierte en puro hedonismo… más o menos lo mismo que en Broto, minúsculo pueblo de longevos habitantes que tuvo cárcel –las mazmorras (y los garabatos dejados en ellas por los presos son visitables-). Mientras, allá arriba, en el cielo, los quebrantahuesos nos otean.