Panticosa

Al norte de la provincia aragonesa de Huesca se localiza el municipio de Panticosa, una encantadora villa con más de 700 habitantes ubicada en el Valle de Tena, en la comarca de Alto Gállego. En el territorio se encuentra la popular estación de esquí de Panticosa los Lagos y un balneario de aguas termales que, junto a una completa oferta turística, convierten a la localidad es un espacio ideal para el descanso y las actividades. El municipio es citado ya en el siglo XIII alrededor de cuatro barrios o "vicos", aunque la mayoría de edificaciones que alberga en la actualidad datan del siglo XIX. Los visitantes encontrarán en esta zona un lugar perfecto para realizar diversos deportes al aire libre como senderismo, ciclismo, esquí, micología o pesca.

Panticosa es un pequeño pueblo con encanto que ofrece a sus visitantes diversos lugares de interés. De entre sus monumentos destacan la Iglesia de la Asunción, que data del siglo XIII, y el Puente de Caldarés, construido en el siglo XVI por Beltrám Betbedé. Pertenece también al municipio el impresionante Balneario de aguas termales situado a más de 1.500 metros de altitud y que cuenta con unas modernas y funcionales instalaciones dedicadas al descanso y a la relajación. Otro de los núcleos urbanos de la región es Pueyo de Jaca, un pueblo pintoresco con casas típicas que cuenta con menos de 100 habitantes pero que destaca como punto de visita obligada para los turistas. La localidad tiene una popular estación de esquí y se encuentra en parte rodeada por el monumento natural de los Glaciares Pirenaicos.

El municipio de Panticosa cuenta con kilómetros de caminos para practicar entretenidos deportes como senderismo. Las rutas cuentan con diferentes niveles para adaptarse tanto a los caminantes principiantes como a los senderistas expertos, siendo las más populares el Camino de la Acequia, la Cucuraza, la Ripera, las Palizas y el Mirador de Santa María. El área dispone también de interesantes caminos para alpinistas como Garmo Negro, Ibón de Brazato, Ibón de Bachimaña, Ibón de Ordicuso y los Picos del Infierno. Los amantes de los deportes de aventura disfrutarán al máximo con la escalada, el ciclismo de montaña, el esquí y el snowboard. Esta zona del territorio aragonés es muy conocida por sus senderos y rutas micológicas, pudiendo encontrar una extensa variedad de setas como los robellones o los boletus. La localidad ofrece a sus visitantes muchos restaurantes donde degustar carnes de temporada como sarrio, corzo y jabalí.

Los viajeros encontrarán una gran oferta de alojamientos en el municipio de Panticosa, pudiendo escoger entre albergues, hostales y hoteles de dos, tres y cuatro estrellas. Los establecimientos hoteleros ubicados en el centro del pueblo son en su mayoría de estilo rústico con fachada de piedra y cuentan con acogedoras habitaciones o funcionales apartamentos ideales para toda la familia. Cerca del balneario se ubican los hoteles más lujosos que facilitan diversos recorridos termales además de lujosos servicios.

El pueblo de Panticosa puede recorrerse fácilmente a pie, aunque se aconseja disponer de un vehículo para trasladarse con mayor facilidad a otras localidades cercanas. En la temporada de esquí se pone a disposición de los visitantes un autobús que comunica con las pistas. La ciudad de Huesca se sitúa a unos 80 kilómetros de distancia y se puede llegar a ella a través de la N-260 y la E-7.

Panticosa posee una lengua propia conocida como el panticuto, aunque no es de uso común entre sus habitantes. Las fiestas patronales del pueblo son en verano y durante el año se llevan a cabo eventos como el mercado medieval y el Pantival de Festicosa, un popular festival del humor.