Centro de Santander

El centro de Santander es un escenario que combina perfectamente la playa con su zona urbana, en la cual existe una oferta de hoteles con opciones para todas las preferencias. Los apartamentos y los hospedajes familiares del distrito prodigan alojamientos sencillos, aunque acogedores y confortables, muy cerca de las estaciones de trenes, de autobuses y de la terminal de ferrys. Quien prefiere la primera categoría encontrará hoteles de cuatro estrellas que apuestan por el lujo en todos los detalles, en pleno centro de Santander, idóneos para vacaciones o negocios. Algunos de estos hoteles disponen de excelentes restaurantes que sirven la gastronomía más típica de Cantabria. Las alternativas de rango medio incluyen apartamentos de dos estrellas en el mismo centro de Santander. Proponen diversos tipos de alojamientos, desde estudios ideales para escapadas en pareja hasta apartamentos de dos o más habitaciones, equipados con estilo moderno y funcional. Conviene elegir apartamentos con aparcamiento si se llega en coche al centro de Santander, y optar por hoteles amigables con las mascotas en caso de querer incorporarlas al viaje.

Un itinerario por el centro de Santander podría empezar por la Plaza de la Esperanza, a la cual da el Mercado, un edificio de principios del siglo XX en el cual vibran las mañanas santanderinas. Es fácil dar con él al alojarse en los hoteles aledaños al casco antiguo, o cercanos a la Plaza Velarde, tan famosa por sus pórticos. Cerca de allí se encuentra la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, curiosa con su base del siglo XIII y su plano superior del siglo XV. Los apasionados del mar deberían alojarse en apartamentos cercanos al Paseo de Pereda, emblema del centro de Santander. Incluso existen hoteles que dan al paseo, con vistas al mar. Recorriéndolo se llega a Puerto Chico, zona marinera y ajardinada, donde se aprecia el monumento Los Raqueros. Unos días en familia en uno de los apartamentos adyacentes a la Playa del Sardinero son un plan de vacaciones alentador. Junto a ella está la Península de la Magdalena y el Palacio homónimo, que albergó en el pasado las vacaciones de la familia real española.