Almagro

Situada en el Campo de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real, el nombre de Almagro resulta familiar y es que esta localidad es muy conocida gracias a su Festival Internacional de Teatro Clásico, una cita imprescindible para los amantes de la cultura y que tiene uno de sus escenarios en un corral de comedias único en Europa. No obstante, Almagro ofrece mucho más, ya que la ciudad está declarada como Conjunto Histórico Artístico con un casco que envuelve al caminante en un ambiente castellano puro. Por eso, además de hoteles modernos, entre los hoteles en Almagro existe la posibilidad de alojarse en casas antiguas, con encanto y totalmente adaptadas al siglo XXI. Asimismo cuenta con un Parador Nacional que ocupa el Convento de San Francisco, del siglo XV.

El teatro es el principal reclamo de Almagro y es que esta ciudad castellana ha conservado su tradición teatral, manteniendo una programación constante durante todo el año. No obstante es en julio cuando este toma todo el protagonismo gracias a la celebración del Festival Internacional de Teatro Clásico, que atrae a un amplio número de compañías de teatro de todo el mundo, así como a curiosos que quieren disfrutar de los textos de los clásicos en los diferentes escenarios que se extienden a lo largo y ancho de la ciudad. También destaca el Festival Iberoamericano de Teatro Contemporáneo, que tiene sus actuaciones en el mes de octubre en el Teatro laboratorio “La Veleta”.

Además de las representaciones destaca su “Corral de Comedias”, único corral de comedias que se conserva en Europa del siglo XVII y que encima permanece activo 400 años después de su inauguración. Entrar en él es viajar en el tiempo para sumergirse en la arquitectura teatral del Siglo de Oro. El escenario dispone de dos alturas y el espacio está rodeado de 54 columnas de madera pintadas en almagre. Para conocer mejor el arte de la actuación y la relación entre Almagro y el teatro se puede visitar el Museo Nacional del Teatro, en el palacio maestral de la Orden de Calatrava, ubicado en la Plaza Mayor, otro punto de la ciudad que no hay que dejar de visitar.

La Plaza Mayor es la imagen de Almagro. Comenzó siendo una plaza típicamente castellana, pero poco a poco se fue transformando. La imagen actual es de finales del XIX principios del XX y en ella se observa un conjunto uniforme en el que llama la atención los colores de las fachadas de los edificios que se sustentan en soportales. Paseando se descubren otras edificaciones que merecen nuestra atención como el Convento de la Encarnación, la Iglesia de San Bartolomé o la Iglesia de la Madre de Dios, el almacén de Fucares, el Teatro Municipal o el Palacio Maestral, entre otros.

A todo su patrimonio hay que sumar su gastronomía que se puede degustar en los restaurantes de Almagro. Entre sus platos no hay que dejar de hincarle los dientes a la berenjena de Almagro, perteneciente a una indicación geográfica protegida y que se aliña según un receta árabe tradicional. Asimismo, poneros la servilleta bien para probar otras propuestas tradicionales manchegas, entre las que sobresalen por su sabor y contundencia los platos de cuchara.