Cuenca
A media horita escasa de Madrid (un poquito más, si en lugar de optar por un Tren de Alta Velocidad se opta por venir por carretera), Cuenca, la Ciudad de las Casas Colgadas –que no Colgantes-, la villa que resbala su callejero por un cerro coronado por las leves ruinas de lo que fue castillo, es lugar en el que el viajero, de una forma un tanto sorpresiva, descubre, además de la hermosa arquitectura que ya esperaba –y de la que ya sabe antes de llegar- un corolario de museos y centros de arte que (tópicos mandan) no parecen casar con la imagen tradicional de la vieja Castilla. Afortunadamente, muchos son los tópicos del pasado que se están quedando en eso: en tópicos y en pasado.
Así, combinación de lo viejo y lo nuevo, el pasear conquense va entrelazando, catedral gótica, museos diocesano y arqueológico, ayuntamiento barroco, plazas como la Mayor o la de la Merced, Torre Mangana –a cuyos pies se están excavando los restos de la vieja judería-, el magnífico Museo de las Ciencias de CLM o el edificio de la Fundación Antonio Pérez, excelsa colección de arte ubicada en un viejo convento carmelita habilitado y adaptado para ese uso… por no hablar de las célebres, medievales –y ya nombradas- Casas Colgadas, reconvertidas, mediada la década de los años 60, en pionero Museo de Arte Abstracto por obra y locura de los pintores Fernando Zóbel y Gustavo Torner, quienes se empecinaron en traer hasta aquí lo mejor del arte español del siglo XX -Millares, Saura, Tàpies, Feito, Canogar, Rivera…- y lo consiguieron.
Como se ve, no anda Cuenca manca –ni coja- de atractivos culturales y arquitectónicos, como tampoco lo anda de atractivos para el yantar. Antigua tierra pastoril y en la que, ayer, como hoy, los inviernos son de mucho frío, Cuenca es ciudad de recetario contundente y calórico. Ahí van algunas sugerencias para cuando se esté sentado a la mesa del restaurante o menú elegido y se esté leyendo el menú: morteruelo (que alguien llamó foie-gras a lo bestia), ajoarriero, gazpachos de pastor, zarajos (solo para estómagos blindados), asados de cordero o cochinillo, y de postre, alajú, una suerte de turrón duro herencia de los árabes. Ah… y antes de cerrar el almuerzo, no habría de olvidarse pedir un chupito de resolí, un licor que unos dicen de origen italiano y otros árabe.
Qué ver o hacer en Cuenca y alrededores
Mario,
Cuenca (Cuenca)
Cuenca bien merece una escapada larga.
Cuenca es como dos ciudades en una que coexisten armoniosamente. Por un lado, la Cuenca moderna, abierta de calles amplias, comercios, bares y plazas agradables, donde sus habitantes llevan una vida envidiosamente apacible. Por otro lado, la Cuenca vieja, ese museo vivo que se encuentra en la parte alta y en la que el ejercicio físico es complementario en la visita, pues no paras de subir y bajar escaleras. Pero tiene un enorme atractivo, llena de placitas, rincones, paisajes, vistas espectaculares, una catedral digna de las mejores, donde sorprende esa capilla presidida por un esqueleto. El entorno de la Plaza Mayor es un hervidero continuo de turistas y de clientes, donde todos comulgan juntos al calor de un vinito y de las excelentes recomendaciones gastronómicas locales: zarajos, ajorriero y demás platos compiten con otras apuestas modernas pero siempre sin perder el sabor de lo autóctono, de lo original.
Sergio Contreras Doñate,
Cuenca (Cuenca)
Cuenca!
La ciudad nos sorprendió para bien. Es muy bonita, rodeada de mucha naturaleza y, todo hay que decirlo, con gente cercana y amable. Para aparcar, recomendado el parking del casco antiguo Mangana, ya que sales al mismo centro y no es muy caro.No hay que perderse la plaza mayor ni la catedral, y, por supuesto, hay que ir a visitar las casas colgadas desde el puente (hay que cruzarlo!). En general, recomendamos caminar por todas sus calles y miradores, porque merece la pena. Tiene mucho encanto.Para comer, en la misma plaza mayor hay muchos sitios y, por lo que pudimos ver, muy bien de precio.
Cuenca
Cuenca
Cuenca
Cuenca
David Garcia Trigueros,
Cuenca (Cuenca)
La visita a Cuenca es muy interesante por los componentes del casco histórico de la ciudad. Es una buena opción ir a la Oficina de Turismo donde el personal es sumamente educado y atento, dispuesto a satisfacer tus curiosidades o intereses a la hora de hacer una visita.Como espacios de interés, además del turismo religioso que incluye la Catedral y algunos templos de la ciudad, es importante visitar el Centro de Arte Contemporáneo, de referencia a nivel nacional así como algunos otros espacios con los que cuenta la ciudad. La visita paseando el casco antiguo, igualmente es muy interesante.
Pablo,
Cuenca (Cuenca)
Sitios visitables además de la ciudad, las torcas, la ciudad encantada, la laguna de uña, el nacimiento del río cuervo
Cuenca
Cuenca
Cuenca
Cuenca
Corinne,
Cuenca (Cuenca)
Preciosa
Pequeñita pero muy interesante
Javier,
Cuenca (Cuenca)
Casco antiguo de Cuenca cuidadísimo y bien restaurado. Muy adecuado para un paseo tranquilo, y si se quiere evitar el tramo de subida hay dos autobuses que lo evitan.
Jesus Soriano Martinez,
Cuenca (Cuenca)
Muy bonita cuenca nacimiento de río cuervo y del río jucar
Ricardo,
Cuenca (Cuenca)
la ciudad muy bonita . Recomendable visitar y pasear por su casco antiguo
Ofelia Alcalde,
Cuenca (Cuenca)
Cuenca merece la pena hacer un tour guiado por la zona histórica, es muy coqueta y tiene unas vistas preciosas. Como complemento, la ciudad encantada está genial. Muy curiosa, a 30 km. De la capital, peromerece la pena la visita.
Cuenca
Cuenca
Carmen De,
Cuenca (Cuenca)
Preciosa ciudad de gran atractivo turístico y paisajístico.
Ya conocía esta ciudad pero sigo visitándola con cierta frecuencia. Es pequeña y muy atractiva. cantidad de sitios para visitar, restaurantes y alojamientos de distintas categorías y precios. Muy recomendable para visitar un fin de semana.
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