El convento de San Gil
Hoy sede del parlamento autonómico de Castilla La Mancha, el convento toledano de San Gil ha sido residencia de frailes franciscanos, cárcel, cuartel de la Guardia Civil… larga es la Historia de este edificio. Terminado de construir en el año 1614, durante todo el tiempo en el que el edificio fue convento, lo habitaron una media de treinta frailes que se dedicaron a predicar su fe cristiana por Toledo y pueblos del entorno (antiguamente, a los monjes aquí residentes se les llamó gilitos).
Edificio declarado Bien de Interés Cultural, el convento es una construcción de cuatro alturas claramente dividido en dos cuerpos: iglesia y convento, con una evidente preminencia del ladrillo como elemento constructivo principal. Situado en un lugar privilegiado al Sudoeste del casco histórico toledano, junto al río Tajo, y quien se acerca a sus ventanales puede disfrutar de unas sorprendentes perspectivas sobre los cigarrales, el puente de San Martín y la judería toledana.
Su situación en la Ronda Cornisa de Toledo le proporciona un fácil acceso, sin olvidar que se encuentra en las cercanías del palacio de Fuensalida Es evidente que cuatrocientos años de historia dan para muchas obras, reparaciones y reconstrucciones arquitectónicas que, aunque no siempre bien ejecutadas, si que han mantenido la sobriedad exterior originaria del edificio.