​Valencia de Don Juan

Valencia de Don Juan tiene nombre noble y es que en su pasado se descubre la historia de este pueblo de la provincia de León, en el que se puede hacer una escapada para conocer su hermoso castillo, símbolo del municipio y al que merece la pena dedicar una visita. Esta localidad se encuentra en la comarca Esla-Oteros, a menos de 40 kilómetros de la capital de provincia, en una zona a la que se recomienda ir con coche para recorrer los pueblos de los alrededores en los que destacan algunas poblaciones como el Fresno de la Vega, Pajares de los Oteros, Toral de los Guzmanes y Valderas.

El Castillo de Valencia de Don Juan, declarado Monumento Nacional desde 1931, es a día de hoy un espacio museístico que invita a sumergirse en la historia de la villa desde sus orígenes en la Edad de Bronce hasta la actualidad. El museo ocupa la torre del homenaje, un espacio de tres plantas, que resalta por su belleza. El castillo se mandó construir en el siglo XV por la familia Acuña y desde el mismo se disfruta de unas magníficas vistas de la vega del río Esla. Pero en esta localidad nos aguardan más lugares que conocer aparte de su castillo como sus iglesias. En la iglesia de Nuestra Señora del Castillo Viejo no hay que perderse la imagen gótica del siglo XIII, así como el Panteón de Los Condes de Valencia de Don Juan, en el presbiterio y en la iglesia de San Pedro Apóstol destaca el retablo del altar mayor, del siglo XVI, que fue realizado por Guillermo Doncel para otra iglesia que no ha llegado a nuestros días.

En el casco hay que acercarse hasta la plaza Mayor, centro neurálgico de la localidad, por donde se recomienda pasear por sus alrededores para descubrir ejemplos de casas solariegas castellanas que pertenecieron a las altas esferas de la villa. Entre los edificios sobresalen algunos como la casa modernista de Don Eliseo Ortiz o la Casa Palacio de los Condes de Valencia de Don Juan. En otra parte del municipio se localiza uno de los lugares más curiosos de Valencia de Don Juan, un lugar que dejará volar la imaginación de los más pequeños de la casa. Se trata del Jardín de los Patos, el parque de la ciudad, que contiene un montón de rincones como un divertido laberinto ajardinado.

Los alojamientos son establecimientos clásicos, preparados para todo tipo de huéspedes que quieran pasar unos días en esta zona tranquila de Castilla y León. La época con más afluencia coincide con sus fiestas patronales que se celebran del 7 al 14 de septiembre en honor a Nuestra Señora del Castillo y al Bendito Cristo de Santa Marina. Hay numerosos actos, pero uno de los más populares se celebra el día 13. Se trata de la hoguera del Cristo con la tradicional llegada del “carro de leña”. Para terminar de disfrutar de esta localidad hay que rendirse a su gastronomía, que entronca con las recetas tradicionales leonesas llenas de sabores fuertes que aprovechan los animales y las cosechas de la tierra. Destacan algunos platos como el bacalao al molinero, las sopas de ajo, el cocido, potaje o los batallones.