Qué ver en Soria

Esta ciudad castellana se resguarda del frío con una arquitectura con encanto y con el majestuoso Duero como testigo del paso de los años. Recogida sobre sí misma en su casco antiguo se abre en la Alameda de Cervantes, conocida como “La Dehesa”, que invita en los meses de verano a sentarse a escuchar los sonidos de la ciudad desde sus bancos o desde sus animadas terrazas.

Soria es un destino de interior, un destino castellano, donde su historia se entremezcla con su gastronomía y donde siempre hay algo nuevo que descubrir. Para ello presenta un casco muy cuidado que se puede recorrer en aproximadamente cuatro horas para ir descubriendo poco a poco todos sus secretos. Una buena idea es escoger un hotel en el centro de la ciudad para moverse entre edificios y bares, alternando cultura con torreznos u otras delicias de la cocina soriana que esconden auténticos tesoros culinarios como la trufa negra.

Para visitarla se puede empezar a pasear por la calle Caballeros para descubrir edificios como el que alberga la Diputación Provincial, el Palacio de Hacienda, el Palacio de Alcántara o la iglesia de San Juan de Rabanera, una construcción del siglo XI, que merece la pena detenerse a observarla tanto por fuera como por su interior. También hay que acercase hasta la iglesia de Santo Domingo, considerada como una de las hermosas del Románico en España. Data del siglo XII y en su portada se narra el apocalipsis. Dentro, la hermanas clarisas elaboran dulces que merece la pena probar. Como toda ciudad de Castilla y León, Soria también dispone de su Plaza Mayor, donde se localiza el Ayuntamiento, en la antigua Casa de los Linajes. Cerca se esconde otra joya arquitectónica: el Palacio de los condes de Gómara, actual Audiencia Provincial, con más de 100 metros de fachada.

Cruzando el Duero se llega a uno de los lugares más emblemáticos de la localidad: los arcos de San Juan del Duero. Estos pertenecían al antiguo convento hospitalario de la Orden de San Juan de Jerusalén, del que queda un claustro de arcos entrelazados de diferentes estilos arquitectónicos, que dotan al lugar de magia, siendo uno de los monumentos del Románico más originales de toda la Península Ibérica. Paseando descubriréis vestigios del Románico, arcos tendentes a la herradura y huellas bizantinas y árabes. Además, es aquí, al pie del Monte de las Ánimas, donde Bécquer localiza su leyenda del “Monte de las Ánimas”. Soria es una provincia muy literaria, ya que por ella también pasaron otros escritores como Tirso de Molina o Antonio Machado (del que se puede visitar el Instituto de Antonio Machado en la capital).

Lejos del centro, pero en las cercanías, destacan otros dos indispensables: el Monasterio de San Saturio, donde el arte y naturaleza se funden con piedras y grutas y la antigua ciudad de Numancia. El primero es un monasterio integrado en la naturaleza, una visita de las que no se olvidan y el segundo es un yacimiento arqueológico de gran importancia para el estudio del mundo celtibérico y romano, un resto in situ que explica el devenir de Numancia, conocida por su resistencia. Dentro del yacimiento no hay que dejar de acercase a los restos de la muralla y a la puerta norte, al cerco de Escipión, a la casa romana o a los baños romanos, entre otros muchos puntos por descubrir. Para conocer mejor la historia se puede visitar el Museo Numantino, situado en el centro de Soria.