Peñafiel
La localidad de Peñafiel se encuentra a pocos kilómetros de Valladolid en la comunidad de Castilla y León. Esta población histórica se fundó en el año 1013, cuando Sancho García la reconquista expulsando a Almanzor y retirando un Al-Andalus debilitado. Al parecer el nombre de la villa viene del grito e Sancho 'la Peña más fiel de Castilla'. En la etapa medieval llegó a albergar numerosas iglesias y tres conventos. Ya en el siglo XX se realizó un gran desarrollo de la industria y de las comunicaciones con la llegada del ferrocarril.
La ciudad de Peñafiel puede presumir de tener uno de los castillos medievales más bellos del país. Dentro del castillo se encuentra el museo provincial del vino. Se celebran visitas guiadas y degustaciones del vino Ribera del Duero. Rodeando la villa es posible ver algunos retazos de la antigua muralla defensiva. Otro de los edificios típicos que hay que ver es la Torre del Reloj, realizada en mampostería y piedra. Formaba parte de la antigua iglesia románica de San Esteban. La iglesia de Santa María de Mediavilla, edificada en estilo gótico, cuenta en su interior con el Museo Comarcal de Arte Sacro.
En Peñafiel no hay que perderse las visitas a algunas bodegas de la comarca, como pueden ser las modernas Bodegas Protos, para degustar el vino con denominación de origen. Además, bajo las faldas del castillo hay algunas bodegas subterráneas de gran interés para los turistas. En la Plaza del Coso es en donde se reúnen los lugareños para realizar celebraciones. Es una plaza en la que normalmente se realizan encierros y las fiestas del pueblo, además de ser una de las primeras plazas mayores de España. En la Casa Museo de la Ribera es posible viajar atrás en el tiempo para ver cómo era la vida en la villa a principios del siglo XX.
El alojamiento en la ciudad de Peñafiel ofrece muchas posibilidades. Hay algún elegante hotel de cuatro estrellas con spa, así como hoteles de tres estrellas. En la localidad se puede disfrutar de fincas rústicas, algún apartamento o un hostal económico. Las posadas y casas suelen ofrecer ambientes rústicos y clásicos muy típicos, decoradas con el encanto castellano. La mayoría se encuentran en el centro aunque hay otras en los alrededores, ofreciendo espacios tranquilos.
La forma más sencilla de llegar a Peñafiel es tomando un avión hasta Valladolid y desde allí coger un autobús de la línea que opera regularmente hasta la localidad. Está a solo 56 kilómetros de Valladolid por lo que tiene un acceso rápido. En la zona y en los alrededores el transporte público no es tan frecuente, por lo que hay que utilizar taxis o coches de alquiler para moverse.
La gastronomía en Peñafiel ofrece muchos platos típicos castellanos. Un plato que resulta imprescindible en las visitas a la localidad es el lechazo asado. También se elaboran platos con conejo y otras carnes, siendo los guisos muy populares. El vino Ribera del Duero es lo mejor para acompañar estas deliciosas carnes. En cuanto a las fiestas más típicas, el Domingo de Resurrección se celebra la Bajada del Ángel, una Fiesta de Interés Turístico Nacional. Otras fiestas importantes son las de Nuestra Señora y San Roque en agosto.
Qué ver o hacer en Peñafiel y alrededores
Joaquín, . Peñafiel (Valladolid)
Bonito destino con buena gastronomía y atracciones
Bonito destino, para pasar al menos un día, degustando su gastronomía, la plaza del Coso, su castillo y bodegas.
Cristina, . Peñafiel (Valladolid)
Ideal para desconectar
Ideal para desconectar y hacer turismo gastronómico.
Carolina, . Peñafiel (Valladolid)
Cultura y gastronomía
Cultura y gastronomía. En Peñafiel se encuentra el Museo del Vino en su fantástico castillo. Es un lugar que merece mucho la pena visitar tanto por el Museo que alberga como por el propio castillo que es precioso y desde el que se puede disfrutar de unas vistas impresionantes. Además, en Peñafiel se puede degustar el riquísimo lechazo asado. Una delicia para el paladar.
Catarina, . Peñafiel (Valladolid)
Penafiel
Visitamos Peñafiel, no sabíamos que eran las fiestas locales, pero aun así fuimos testigos de buena parte de las fiestas. Tierra hermosa y pacífica. Luego fuimos a Magikland. Es un buen lugar para pasar un día. Se ve que muchas de las atracciones son las de la antigua Bracalandia, pero en general está bien (sin ser espectacular) para pasar el día.
Teresa, . Peñafiel (Valladolid)
Un pueblo bonito
Un pueblo bonito. Un pueblo tranquilo que merece la pena visitar.
Begoña, . Peñafiel (Valladolid)
Cada vez que vamos es para visitar una bodega. Cada una tiene su encanto y eso es lo que nos invita a conocer cuantas más, mejor. También hacemos alguna ruta por los alrededores de las diferentes bodegas, pero nos alojamos siempre en Peñafiel porque nos gusta mucho el hotel. Solemos cenar en el hotel y el menú que nos ofrecen está exquisito.
Sara Lopes, . Peñafiel (Valladolid)
Parque de la ciudad
Parque de la ciudad, muy cuidado y con inmenso espacio para que los adultos y niños jueguen.
Celia, . Peñafiel (Valladolid)
Restaurante Ambivium, una experiencia muy buena y todo muy rico. La Rivera del Duero, un sitio para volver.
Juan, . Peñafiel (Valladolid)
Pueblo emblemático de la Ribera del Duero
Pueblo emblemático de la Ribera del Duero. Paseo agradable por el centro del pueblo. Destaca el castillo en un alto, la gastronomía con su típico lechazo asado, visitas a las bodegas de la zona.
Veronica, . Peñafiel (Valladolid)
Llegamos a la hora de comer y habíamos reservado en el restaurante el Lagar de Vicente. Es un sitio que aparentemente por fuera se ve pequeño pero en realidad, una vez entras, es enorme. Bajamos a comer a la bodega de abajo y la verdad es que el sitio tiene su encanto. Hay que decir que al ser una bodega hacía un poco de fresco, pero es normal aunque tenía su calefacción puesta. Teníamos reservado un cuarto de lechal que estaba bastante bueno, unas mollejas buenísimas, morcilla de Burgos y chorizo de olla, y muy bueno. También respecto a calidad precio, muy aconsejable. Por la tarde fuimos a la bodega de Emilio Mora, preciosa, y la recepcionista muy agradable: aunque llegamos fuera de hora nos dejó entrar a ver la bodega. Chulísima. Sin embargo, pasamos a la de Protos y nos defraudó un poco aunque también está bien. Después fuimos a la de Arzuaga y es que siempre es un acierto. Al día siguiente subimos al castillo, y aunque tiene unas vistas espectaculares, al estar en obras pierde mucho, pero es una visita obligada estando allí.
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