Cap Roig, Costa Brava, la inspiración de Balenciaga

Construido en los años veinte del pasado siglo por un coronel ruso exiliado y una aristócrata inglesa, el matrimonio Woevodsky /Dorothy Webster nos han legado un paraje que, entre otros encantos, tiene el de contener un delicioso jardín paisajístico en el que crecen ejemplares de más de setecientas especies vegetales que, traídas desde diversos rincones del planeta Tierra, se han adaptado perfectamente al lugar.

¿Y que decir del esplendido jardín de esculturas aquí plantado? Caminando de aquí para allá, sin prisas, el visitante va descubriendo obras firmadas por Jorge Oteiza, Miguel Berrocal, Xavier Corberó, Basterretxea, Amadeo Gabino, Paul Suter, Rosa Serra, Quim Domene o Carlos Lizariturry entre otros. Además, siempre quedará el castillo y sus edificaciones anexas, reflejo, todo el conjunto, del peculiar modo de vida de quienes ordenaron levantarlo.

El lugar es armónico, idílico, espiritual… tanto cómo que, aquí mismo, se organicen deliciosos conciertos de música clásica.