Port de la Selva

Port de la Selva, enclavado en plena costa del Cap de Creus, es un pueblo con encanto en el Alt Ampurdán, en la provincia de Girona. Mantiene su aroma marinero que se siente nada más bajar del coche cuando se pone un pie en sus calles. Las casas blancas, sus estrechos callejones y el mar de fondo son un perfecto atrezzo para unas vacaciones en la Costa Brava.

Su belleza han hecho que desde los años 60, esta pequeña localidad se haya adaptado a las exigencias del turismo de calidad y de unos viajeros, sobre todo nacionales, que la escogen cada año para una estancia en la que no les falta de nada. De ello se ocupan los hoteles de gama alta y media que allí se localizan. No son demasiados, por lo que se mantiene ese ambiente tranquilo y de municipio pequeño en sus calles.

Su zona de costa ofrece múltiples rincones de playas y calas que se intercalan en un paisaje de montaña. También las hay semiurbanas como la playa El Pas, una playa con paseo marítimo y de gran calidad, que tiene un alto nivel de ocupación en los meses de verano y además tiene acceso para personas con movilidad reducida. Otra playa interesante es la playa nudista Cala Tamariua, una zona para practicar naturismo en plena naturaleza con un entorno típico de la Costa Brava, aislada entre montañas y con un nivel de ocupación medio. Más accesible es la playa de la Sota, urbana, con Paseo Marítimo y con una extensión de 120 metros de largo y con arena y aguas tranquilas. En su costa también se pueden realizar deportes acuáticos. De hecho Port de la Selva dispone de Club Naútico con amarres y cursos de submarinismo y más disciplinas.

En el casco hay que visitar la iglesia de Santa María de les Neus, el símbolo del pueblo, un templo que hay que descubrir para ver la escultura gótica que alberga en su interior. Para ver más patrimonio hay que desplazarse un poco para conocer lugares de toda época. Para los que quieran adentrarse en la prehistoria podrán visitar el dolmen de la Taula dels Lladres, una construcción megalítica que resalta entre otras que se pueden encontrar en la zona.

Pero si hay un sitio indispensable que visitar en Port de la Selva es es el Monasterio de San Pedro de la Roda, Bien de Interés Nacional desde 1997. Para llegar allí hay que ir por una carretera que va desde Llançà y después tomar un desvío hacia el Monasterio. Cuando lleguéis os sorprenderá la imagen parada en el tiempo de este complejo histórico. El tiempo medio de visita es de una hora y media aproximadamente, pero podéis estar el tiempo que consideréis oportuno. El conjunto arquitectónico puede datar sus inicios en el siglo VIII, no obstante con el paso de los siglos ha ido añadiendo partes como su impresionante iglesia románica, la torre de defensa o su claustro. Se recomienda hacer visita guiada para conocer todos los misterios que se encierran en sus muros, así como informarse de las actividades programadas para los días de estancia en Port de la Selva, ya que de vez en cuando hay conciertos, teatros y más propuestas. Tras visitarlo se puede hacer una pequeña caminata hasta la Ermita de San Salvador, desde donde observar una vista de 360 grados del Cabo de Creus con la Bahía de Roses, el Canigó y el Rosselló de fondo.