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Por alguna razón, no resulta en absoluto habitual encontrar hoteles con encanto en primera línea de playa. Y eso es precisamente lo que es el Hotel Marian Platja, en Roses, un hospedaje en el que, por las noches y sin ruido alguno, se puede dormir con las ventanas de la habitación abierta y dejándose mecer por el cercano y relajante rumor del mar. Eso sí, tan buena es la construcción y orientación de los espacios, que, mientras un huésped duerme plácidamente en su habitación, otros pueden estar disfrutando del espectáculo de animación que, cada noche, se organiza en la piscina.
Con la única separación del paseo marítimo de Roses entre la playa de Santa Margarita y el hotel, las habitaciones son limpias, cómodas y están dotadas del equipamiento necesario –ni que decir tiene que las mejores habitaciones son las que tienen panorámicas directas sobre el mar-. Todas las estancias tienen caja fuerte, televisión de pantalla plana con conexión vía satélite, nevera y baño completo.
Dotado el programa de animación del Hotel Marian Platja de actividades de lo más diverso (paseos en bicicleta, excursiones, submarinismo, vela, salidas en barco para visitar recónditas calas…), el hotel dispone de dos piscinas, comedor en el que se sirven desayunos y comidas buffet, sala de lectura, dos piscinas y dos pistas de tenis.
Realmente, merece la pena acercarse hasta Roses, en el amanecer o en el atardecer del día, para disfrutar de una agradable localidad coronada por un castillo. Gustará especialmente al viajero un delicioso casco antiguo, un pintoresco mercado y los puertos deportivo y pesquero.
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