Cala Giverola en Tossa de Mar

Cala enmarcada entre naturaleza y acantilados, la playa ha recibido su denominación por honores a su estampa de postal, sus aguas cristalinas. Situada a seis kilómetros de Tossa de Mar, entre un hotel y un edificio de apartamentos, el arenal, de grano dorado y textura gruesa, dispone de pocos servicios (socorristas, hamacas y un pequeño chiringuito). Resulta gratificante comprobar como, a pesar de que son bastantes los que hasta aquí vienen a bañarse, el lugar ha sabido conservar su natural encanto… pese, también a la presión urbanística que afecta a amplias zonas del litoral mediterraneo.

Ideal para el baño, quien quiera practicar el snorkel o el buceo, hallará solución a sus deseos en las proximidades de Giverola. Al norte hay una pequeña playa, adyacente, accesible a través de un pequeño túnel. Aquí no se encontrarán las condiciones para el baño –hay presencia de grandes guijarros y piedras- pero en cambio se monstrará ideal para practicar snorkel sin que nadie le moleste.

Ni que decir tiene que llegarse hasta aquí y no darse una vuelta por Tossa de Mar sería sencillamente imperdonable. Único ejemplo que queda de población fortificada en el litoral catalán, su plano de callejas estrechas y empinadas es de fotografía... o de lienzo.