Tortilla de patata

Seguramente –con permiso de la paella- la tortilla de patata sea el plato más internacional de la cocina española… aunque tampoco se sabe muy bien si el plato es español o viene de Perú, país de donde es originaria la patata y donde la receta se llama, aún hoy en día, tortilla de papas, o de España, donde tres referencias (con más visos de creencia popular que de hecho históricos) ubican el nacimiento del plato en Navarra, Villanueva de La Serena (Badajoz) y Meneses del Campo (Palencia). Sea cual fuere el origen, lo que es cierto es que los primeros documentos escritos que hablan del popular manjar datan de un documento, dirigido a las Cortes de Navarra, que data de 1817 y en el que se relata los alimentos que consumen los agricultores navarros en sus míseras condiciones de vida.

Claro, que los tiempos han evolucionado y, a aparte de la tortilla de patata de toda la vida (con cebolla o sin cebolla, según el gusto de cada cual), se puede encontrar servida en los más variados maridajes culinarios: con guisantes, chorizo, a la española (acompañada de mahonesa), huevos estrellados, con jamón, pimientos morrones, mixta de jamón y queso, campesino (con chorizo y jamón) y, más modernamente, hasta vegana, o sea con patatas, pimientos verdes, cebolla, leche de arroz, aceite de oliva y sal. Sea de donde sea, sea como sea, lo verdaderamente importante es que la tortilla de patata gusta a todo el mundo (¿conoces a alguien que no le guste la tortilla de patata?). Como almuerzo, de pincho, para comer, cualquier hora es buena para comerse un trocito de ese manjar, poco hecha, con cebolla... siempre hay un hueco en el estómago para un bocado.