Alcoy, el pueblo de la moral

Y no moral en cuanto mayor o menor ética de sus habitantes puesto que, como en todas partes, cuecen más o menos habas. La referencia al término moral viene por el optimismo desmedido que se les supone a los lugareños… al parecer nacida en un partido de fútbol protagonizado por el equipo local. Según, parece, no está muy claro ni el cuando del partido ni su resultado –pongamos que en algún momento de la historia del club-, El Club de fútbol Alcoyano iba perdiendo por un resultado abultadísimo… a todas luces irremontable. Aún así, los jugadores le pidieron al árbitro que prorrogara el partido, para ver si conseguían al menos empatar… de ahí la frase Tienes más Moral que el Alcoyano.

Optimistas o no, lo que si transmite el paseo por las calles de la ciudad es un gusto por la alegría, por buscarle a la vida su lado más dulce, más divertido… y no puede menos que amigo de la broma quien se le ocurrió construir una ciudad sobre un terreno horadado por decenas de barrancos, lo que ha obligado a hacer puentes y más puentes para salvarlos, para enlazar sus calles. De momento, la ciudad, de sesenta mil habitantes, tiene una docena de puentes.. y seguramente se construirá alguno más en el futuro. Y es que, aunque antaño estos torrentes alimentaron un buen número de instalaciones industriales ya abandonadas (o con sus edificios readaptados a todo uso imaginable, desde centros de salud a gimnasios), hoy son más incordio que utilidad… pero bueno, ahí están.

Villa de Moros y Cristianos (las fiestas a ellos dedicadas bien merecen ser vividas y conocidas), una ruta modernista y un centro de arte recién inaugurado hablan bien a las claras del gusto que los alcoyanos tienen por la diversión, el arte, por la belleza. Un ejemplo, y hablando de modernismo, es que Alcoy tiene el mayor número de edificios en este estilo de toda la Comunidad Valenciana. Muchos de ellos (y, sin duda, los mejores) fueron construidos por los arquitectos Vicente Pascual y Timoteo Briet. Aunque muchas de las construcciones se concentran en las calles Sant Nicolau, Sant Francesc y País Valencià, la fiebre modernista todo lo bañó, desde fábricas a panteones en el cementerio… y, como no, puentes y acueductos.

¿Y si el viajero se da un paseo por los museos locales? Hay varios y muy interesantes, cómo por el Museu de la Festa, en donde, en referencia al festejo de Moros y Cristianos, el viajero se entera de que cuando nace un niño, antes incluso de bautizarlo, se le inscribe en una filá (cuadrilla), lo que marcará su futuro como cruzado o sarraceno. También se recomienda darse una vuelta por el Refugio Cervantes, uno de los veinticinco que, en su género, hubo durante la Guerra Civil. Bien musealizado, la visita se hace muy interesante.

No hay duda. En Alcoy hay mucho arte… pero también es éste lugar en el que se come muy, muy bien, ya sea en modo de tapeo (las tres calles modernistas arriba citadas, más el entorno de la plaza Mayor concentran buenos ejemplos de ello) ya sea de manera formal. ¿Por qué no acercarse a esta ciudad del norte de la provincia de Alicante para comprobarlo?