​Castalla

​Castalla es una localidad alicantina situada en el interior de la provincia, concretamente en el centro de un inmenso valle que hace de confluencia de caminos y que la ha convertido en un centro estratégico de primer nivel desde tiempos inmemoriales. El termino municipal cuenta con unos 10.000 habitantes y se ha destacar que la mayoría del territorio es forestal, limitando con las localidades de Onil, Biar, Sax, Petrel, Ibi, Tibi, Jijona y Agost. Los visitantes encontrarán en esta ciudad un lugar de interesante patrimonio monumental, magníficos espacios naturales y varias asociaciones culturales relacionadas con la música, el arte y el medio ambiente.

Del castillo ubicado en la cima de Castalla destaca la enorme Torre grossa. La gran extensión del patio de armas permite descubrir muchos de los habitáculos en los que se desarrollaban las tareas cotidianas del castillo. El Palau es una serie de edificios construidos entre los siglos XII al XV y cuyo fin era servir de residencia al señor feudal. Se pueden resaltar las salas abovedadas del Palau y la impresionante Torre Prima. Alrededor del castillo creció el pueblo y un espectacular aljibe datado en el siglo XI se sitúa a los pies de este. Las casonas señoriales y las plazoletas de suelos empedrados en el casco antiguo dan idea del esplendor de la ciudad que todavía conserva la primera ermita consagrada tras la reconquista, la Ermita de la Sangre, un magnífico exponente de lo que se da en llamar ermitas de conquista y que muestra la sencillez del primer gótico. Al quedarse pequeña la Iglesia de la Sangre se procedió a construir la Iglesia de la Asunción, de la que contrasta su austero exterior con el brillante y espectacular interior, que muestra el preciosista estilo gótico catalán del que es un claro exponente. De estilo renacentista es el Ayuntamiento, donde en sus arqueadas en la planta baja se situaba en su tiempo la lonja. El Convento de los Franciscanos muestra el estilo imponente del neoclasicismo de la época.

Es evidente que la localidad de Castalla se encuentra repleta de joyas arquitectónicas que fascinarán a los turistas. No obstante, su término municipal ofrece espacios naturales de incomparable belleza donde abunda el pino carrasco, el romeros, el tomillo y el popular rabo de gato. En el paraje del Xorret de Cati existen varias zonas de acampada y refugios que hacen las delicias de los montañeros que quieran recorrer estos montes. Varios senderos dan la oportunidad al visitante de descubrir la belleza de estas montañas entre los altiplanos de cereal como el Pla de Planises o las subidas a los picos de la contornada, todo ello entre tesoros escondidos como los Pous de la Neu. La localidad se presenta como un destino perfecto para realizar varias actividades relacionadas con el turismo activo como la hípica, la escalada o el paracaidismo.

Castalla cuenta con varios hoteles de estilo tradicional que disponen de restaurante y de varias salas para llevar a cabo todo tipo de celebraciones. Del mismo modo, también pueden encontrarse alojamientos como casas rurales, hostales y áreas para autocaravanas con piscina y funcionales instalaciones polideportivas.

El centro de Castalla puede visitarse perfectamente a pie o en bicicleta. Del mismo modo, los visitantes tienen a su disposición varias líneas de autobuses con salidas todos los días de la semana y que comunican con otras localidades cercanas como Alcoy, Ibi o Biar. La ciudad de Alicante se sitúa a aproximadamente 30 minutos por carretera.

El plato típico de la localidad de Castalla es el gazpacho sensato, una variedad del gazpacho manchego que se labora con pan sin levadura. Las fiestas mayores de la ciudad son las de Moros y Cristianos, que se celebran a finales del verano. Destacan también las hogueras de San Francisco y la Feria de San Isidro.