Las dunas de Guardamar

Las dunas de Guardamar

Las hermosas dunas de la zona son bellas y poderosas… tanto que, a finales del siglo XIX, estuvieron apunto de sepultar los cultivos y casas de los alrededores… algo que iba a ocurrir, irremisiblemente, después de que un siglo antes se talasen los pinos originales con vistas a construir barcos de guerra para la Armada española. La plantación del mencionado bosque de pinos sirvió para retenerlas… y conservarlas. Localizadas entre las localidades de Guardamar y Santa Pola, el viajero no debería perderse las playas del Campo –antaño su aislamiento fue de mucha utilidad para el desembarco de contrabando-, Los Viveros, Moncayo y Tusales, ejemplos, todas ellas, de playas vírgenes muy bien conservadas… y refugio de tranquilidad. Claro, que también habrá –hay- quien busque marcha. Entonces no habrá de tener pérdida: la playa Centro (en el núcleo urbano de Guardamar) y la Roqueta son sus opciones.

Con buenas instalaciones para la práctica del senderismo, el simple paseo o el cicloturismo, este parque de dunas también deja lugar para los amigos de lo misterioso y/o de la arqueología. Y es que allí, enterrado, durante siglos bajo las arenas, se pueden visitar los restos (hoy desenterrados) de la Rábita Califal de las Dunas, una suerte de monasterio musulmán donde una comunidad de musulmanes practicaba vida espiritual de retiro. ¿Les estaría permitido probar las deliciosas fideuás y calderos que cocinan en la zona?

Qué hacer

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