Jerte
Jerte es una encantadora localidad cacereña ubicada sobre el valle del mismo nombre y que ocupa un destino tranquilo al noreste de la provincia, a pocos kilómetros de la frontera con la comunidad autónoma de Castilla y León. Históricamente la ciudad recoge sus primeros documentos escritos a mediados del siglo XVI, de cuando la población dependía de la ciudad de Plasencia. Más tarde, en 1699, el rey Carlos II le concedió el título de villa, mientras que durante la Guerra de la Independencia el municipio sufrió una severa destrucción por parte del ejército francés que acabó con vecinos refugiados y maltratados fiscalmente. Hoy en día se trata de un lugar dotado de una belleza natural incomparable que invita a disfrutar de actividades al aire libre, una sugerente gastronomía y una agradable hospitalidad para sentirse como en casa.
La villa de Jerte ofrece a sus visitantes un sinfín de oportunidades de ocio familiar y de descanso en una localidad acogedora y apacible perfecta para desarrollar un importante turismo de naturaleza. Desde el centro del municipio y en direcciones opuestas, las calles Ramón Cepeda y Coronel Golfín ofrecen un interesante recorrido por muestras de gran riqueza arquitectónica que albergan algunas casas blasonadas que sobrevivieron a la quema de la ciudad y que ocuparon personajes influyentes durante el siglo XVIII. Asimismo, la Calleja de los Bueyes presenta el estilo típico de casas de pueblo con balcones de madera y estructura de adobe. La Ermita del Cristo del Amparo, de decoración barroca, y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción ocupan otros símbolos culturales de visita obligada. El Parque el Nogalón, equipado con un área infantil y una pista polideportiva, representa un tranquilo lugar de descanso para pasear y compartir un agradable día en familia.
Jerte propone disfrutar de un atractivo entorno natural donde participar de un gran número de actividades al aire libre y llevar a cabo rutas de senderismo como la de Salmónidos o la Garganta los Papúos. El itinerario de Los Pilones, en la Reserva Natural "Garganta de Los Infiernos", asegura una jornada de diversión veraniega entre las aguas cristalinas y frescas de sus saltos y cascadas. La gastronomía del lugar deja paso a una sugerente experiencia culinaria para degustar exquisitos platos en cualquiera de los restaurantes de la zona, entre opciones tan interesantes como las patatas revolcás, la sopa cana, la ensalada de naranjas o la trucha escabechada, entre otros manjares.
Aquellos interesados en una escapada de descanso y bienestar encontrarán en Jerte acogedores hoteles y hostales dotados de las instalaciones necesarias para disfrutar al máximo de una estancia tranquila y apacible. Algunos alojamientos presentan un estilo rústico y completos servicios, mientras que los apartamentos ofrecen un espacio perfecto para viajes en familia en los que se busquen establecimientos que cuenten con un funcional equipamiento.
Jerte goza de una excelente comunicación con otros municipios de la comarca a través de la N-110, que conecta las ciudades de Ávila y Plasencia, además de poder acceder a la villa por el puerto de Honduras y por el pueblo de Piornal si se conduce desde el Valle de la Vera. Destinos como Cáceres y Madrid se localizan a 115 y 220 kilómetros respectivamente.
Jerte cuenta con una población de unos 1.300 habitantes y una superficie de 59 km². Sus fiestas coinciden en primavera durante la floración de los cerezos y en los meses de febrero y septiembre con las ferias de las Candelarias y de San Gil respectivamente. La economía del municipio se basa principalmente en la agricultura, con un auge del turismo en los últimos años gracias a la belleza de sus paisajes y la oferta de actividades a llevar a cabo en los alrededores.
Qué ver o hacer en Jerte y alrededores
Ana, . Jerte (Cáceres)
Paisajes bonitos y tranquilidad
El pueblo es precioso, muy tranquilo, paisajes muy bonitos cercanos y posibilidad de hacer rutas senderistas.
Eduardo, . Jerte (Cáceres)
La visita al valle de los cerezos en flor fue un espectáculo impresionante. La belleza natural de los cerezos en flor, junto con el clima cálido y la hospitalidad de los lugareños, hicieron de esta experiencia algo inolvidable. Recomendado para amantes de la naturaleza.
Jesus Manuel, . Jerte (Cáceres)
Es un sitio tranquilo
Mary, . Jerte (Cáceres)
En general todo genial.
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