Pimentón de la Vera

Arroyomolinos, Jaraíz, Cuacos, Monasterio de Yuste, Jarandilla de la Vera, Losar de la Vera… en cualquiera de los municipios que conforman esta comarca del norte de Cáceres, encontrará el viajero carteles, escritos en rústica grafía, en los que se lee: se vende pimentón de la Vera.Y es que este verde paisaje que, por su exuberante verdor, uno quizás ubicaría en tierras más norteñas, en su sucesión de torrentes, arroyos y gargantas naturales, es tierra muy propicia para el cultivo y producción de pimentón al que, muy acertadamente y desde hace siglos, han venido a llamar oro rojo (no hay más que ir a la tienda y pedir un tarrito de buen pimentón de la Vera. Junto al precio que nos den, obtendremos la explicación al porqué del apelativo).

Durante los últimos años convertida la zona en una suerte de pulmón verde de Madrid, dado los muchos capitalinos que, cada fin de semana, acuden hasta aquí buscando ese aire puro que echan a faltar durante la semana, La Vera es zona agreste en sus paisajes –tanto de estos como de los vecinos de la Sierra de Gredos-, paisajes que se han ido salvando (hasta ahora) de talas.

No lejos Plasencia –la capital (de facto) de todo el norte de la provincia de Cáceres-, bien podría tomarse como punto de partida de los viajes por la comarca. Además, el trayecto desde allí, bien que merece la pena, por ir atravesando, sucesivamente, la belleza de la dehesa y la espectacularidad de una exuberante naturaleza teñida de verde o bermellón, según la época del año el que estemos. Por ejemplo, si se viaja allá por octubre, se verá la recolección a mano del pimentón. En muchos casos explotaciones familiares, es probable que los mismos que entonces veamos en los campos, más tarde sean los que secan el pimentón al calor de la chimenea del hogar o lo pulverizan al modo tradicional.

Cuando uno llega a una zona que no conoce, suele buscar, primero que nada, los lugares que más le suenan, de los que más ha oído hablar. Algunas veces, este método de planificar los viajes tiene la desagradable consecuencia de que uno se deja sin visitar los parajes más bellos. Sin embargo, en este caso, y poniendo por caso que el viajero quiera dirigirse a Jaraíz de la Vera, tendrá la oportunidad de conocer, al paso, algunos de los rincones más encantadores y bellos de La Vera. Y es que la carretera atraviesa poblaciones como Tejeda del Tietar o Torremenga, pudiéndose desviar, sin tener que hacer por ello muchos kilómetros extra, a pueblitos como Gargüers, Pasarón o Barrado, todos ellos rodeados de hermosos bosques de castaños y robles, con entornos rasgados de cantarinas gargantas y poblaciones construidas en encantador estilo rural. Ah…y en todos ellos se podrán degustar las deliciosas perrunillas, unos dulces de almendra que, dado que llevan manteca de cerdo, servían a los cristianos verdaderos a desvelar a los cristianos de mentirillas (judíos conversos, o perros, de ahí el nombre). La treta era clara: les ofrecían una golosina que llevaba manteca de cerdo y si la rechazaban….