Sierra de Gata
De no existir las fronteras Serra de Stella (en Portugal) y la española Sierra de Gata serían un solo territorio que comenzaría en una penillanura, del lado luso, y que, según se va acercando la frontera española –y con prolongación en la provincia de Cáceres- se vuelve suelo de abrupta cordillera en la que se llegan a alcanzar, como en el caso del pico Jálama, los 1.500 metros de altura. Con esta descripción, ya podrá imaginarse el viajero que ha llegado a un territorio de abruptos valles, y de difícil intercomunicación, en los viejos días –hoy las vías son buenas, no tema el conductor-. En caso de no haber notado aún la existencia de estas pretéritas dificultades para ir de un lugar a otro, seguro que cae en ello cuando escuche hablar a las gentes del lugar, y caiga en los diferentes acentos en los que se expresan paisanos que viven en pueblos separados por una montaña. Y lo mismo puede decirse de la diferente factura de sus viviendas, de recia piedra y madera en San Martín de Trebejo y florida y pintoresca fachada en Robledillo de Gata.
En el rincón más noroccidental de la provincia de Cáceres, la naturaleza salvaje de estos paisajes, sembrado, en la cabecera de los valles, de abedul ibérico, acebo, enebro, encina rupícola y roble melojo –a lo que hay que sumar pinos en las laderas y encinas y alcornoques en tierras bajas- convive, sin estridencias, con los terruños domesticados por el agricultor y en los que crece la oliva –el aceite de la zona es extraordinario-, la vid… Quien quiera hacerse con una fotografía panorámica del territorio lo tiene fácil. No tiene más que subir al castillo de Trevejo y, gozar, desde esta privilegiada atalaya, de una panorámica de antiguos caminos empedrados, cañadas y cordeles que recorren valles o laderas.
Mucha lluvia
Quien no ha viajado nunca a Extremadura tiende a creer que ésta tierra en la que poco llueve. Craso error. Hay aquí territorios en los que las lluvias son factor climático habitual, lo que se traduce en paisajes de muy variada vegetación. Sierra de Gata es un ejemplo de ello. Aquí los botánicos han catalogado 1.175 especies vegetales diferentes, divididas entre plantas cultivadas, naturales y asilvestradas –de entre todas ellas, doscientas son endémicas de la zona-.
Refugio del lobo ibérico, al sur del Duero, y del lince fuera de los enclaves andaluces, la fauna que habita estos parajes es casi tan variada como los ecosistemas aquí representados. Siendo muy representativas, y en algunos casos, hasta frecuentes, especies como la nutria, el meloncillo o el gato montés, el enclave natural también es hogar para buitre y cigüeña negra, además de algunos ejemplares de águila real. Luego, si uno se acerca hasta el delicioso paraje del embalse del Borbollón, hallará, quizás sorprendido, que es éste lugar en el que hibernan y anidan (a veces, en notable gran número) especies como garcilla bueyera, garza real, garceta o grullas, de los que hasta más de 1.500 ejemplares han llegado a reunirse en el entorno del pantano.
Si se va con niños –o si se es curioso o amante de las aves- se recomienda visitar la localidad de Valle del Árrago, dentro del término municipal de Descargamaría. Allí, no lejos del muladar creado para alimentar a los buitres negros, existe un mirador para poder contemplar a las aves, sin molestarlas, gracias a una cámara con conexión permanente a la página web de la mancomunidad, que permite su seguimiento constante. Ésta y otras informaciones se pueden obtener en las oficinas de turismo habilitadas en Robledillo de Gata y San Martín de Trevejo
Qué ver o hacer en Robledillo de Gata y alrededores
Maria Pilar, . Robledillo de Gata (Cáceres)
Robledillo de Gata, precioso. Merece la pena visitar el pueblo que da nombre a la sierra, Gata. Cadalso tiene un río y una zona de pradera espectacular. Zona toda de agua en abundancia.
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