Viveiro

Al norte de Galicia, en la provincia de Lugo, Viveiro es un destino de vacaciones de primer orden. En la cornisa cantábrica, este municipio combina su naturaleza, sus playas y su patrimonio para ofrecer a los viajeros un lugar tranquilo, que se complementa con una oferta de alojamientos para todos los gustos. Predominan los apartamentos y las casas rurales, no obstante existe una amplia lista de hoteles de gama media que ofrecen una estancia completa muy cerca de la playa. Además, si se viaja en Semana Santa, se puede disfrutar de la Semana Santa de Viveiro, declarada como Fiesta de Interés Turístico Internacional, ya que se lleva celebrando ininterrumpidamente desde el siglo XIII.

Uno de sus principales atractivos son sus playas de arena que se extienden en una costa que mezcla acantilados suaves con pequeñas zonas de arena a la que es muy fácil acceder y que cuentan con unas condiciones adecuadas para pasar un día seguro. Una de sus playas más conocidas es la de Playa de Area, galardonada con Bandera Azul y Bandera Q de Calidad. En ella, los bañistas gozarán de un hermoso entorno natural con aguas tranquilas, dunas y arena. Además se descubre en ella la isla de Area, un refugio de aves marinas. A ello hay que sumar sus servicios y la posibilidad de practicar deportes náuticos como la vela. Otra playa a destacar es la de Covas, urbana, rodeada por el paseo marítimo y con Bandera Q de Calidad. Su oleaje es tranquilo gracias a la forma de concha que tiene. Si hablamos de belleza, deberíamos de nombrar las playas de Portonovo, Seiramar y Sacido. Son más pequeñas y su acceso no es tan sencillo, pero eso sí, son más recogidas por lo que la ocupación suele ser menor que en los arenales anteriores.

Dejando la costa atrás, introduzcámonos en el pasado de Viveiro para conocer sus monumentos y patrimonio. Con sus más de 900 años de historia documentada, esta localidad cuenta con varios puntos de interés patrimonial como es el caso de sus puertas, que pertenecían al recinto amurallado. A día de hoy permanecen en pie tres: la Puerta de Carlos V, la Puerta do Valado y la Puerta da Vila, integradas en la fisonomía actual del municipio. Además existen otros puntos de interés como la iglesia de Santa María y la iglesia de San Francisco, que merecen una visita para descubrir sus interiores. También hay que dejarse guiar por la intuición y pasear por sus empinadas calles que tienen nombres gremiales, signo de la importancia del comercio en la zona en el pasado. Al alzar la vista se descubrirán casas con balconadas y galerías acristaladas, típicas de la zona.

En los alrededores se pueden hacer múltiples excursiones para disfrutar del entorno natural como la que lleva al mirador del Monte de San Roque, cuya vista es espectacular, ya que desde allí se puede observar desde lo alto la ría de Viveiro, el puerto de Celeiro y el estuario de Landrove. Otra excursión es la que puede llevar hasta el área etnográfica de A Insua, un yacimiento industrial del que quedan restos del cargaderos de las Minas de la Silvarosa. Bien distinta es la salida a la Fraga das Saimas, a 15 kilómetros de distancia, en la que se disfrutará de 89 hectáreas de bosque atlántico lleno de robles, alisos, abedules, castaños bravos, avellanos y mucho más.