Información
El Hotel Villa de Verín es una alojamiento situado en esta localidad gallega. Verín se ubica a 68 kilómetros de la capital de la provincia, Ourense, a 22 kilómetros de Chaves, a 41 kilómetros de Allariz y a 44 kilómetros de Manzaneda. Se trata de una estupenda localización para relajarse y desconectar en un ambiente regenerador, pleno de belleza y encanto. Este alojamiento ofrece aparcamiento privado, conexión wifi de cortesía, recepción abierta día y noche, terraza, información turística, máquinas expendedoras, salón de televisión compartido, servicio de planchado, lavandería y salas de reuniones. La atención se lleva a cabo en inglés, francés, portugués y español. Además, pone a disposición de sus huéspedes habitaciones individuales, dobles o triples con una estética elegante, acogedora y sensible. Disfrutan de aire acondicionado, suelo de parqué y un ambiente cromático relajante, con predominio de tonos tostados y crudos, buena iluminación y alto nivel de confort. Incluyen minibar, aire acondicionado, calefacción, baño privado, perchero y vistas al entorno.
Opiniones
Opiniones
5 OpinionesAnónimo, viajó en
Viaje personal/familiar en familia
Estuvimos encantados, recomendable 100%.
Ramón, viajó en
Palencia
En este hotel todo parece nuevo, súper limpio y muy acogedor. Las habitaciones son confortables, las camas cómodas y la comida muy buena. El personal te hace sentir como en casa. Y el entorno... De lo mejor de galicia! volveremos!.
Pablo, viajó en
Burgos
Hemos estado muy a gusto en este hotel de verín. Además, en los alrededores encontramos multitud de cosas que hacer. Al volver al hotel, la habitación era perfecta para un buen descanso, amplia, limpia y con todo lo necesario. Sin duda, un lugar para recomendar.
Javier, viajó en
Oviedo
Un muy buen hotel, con amplias habitaciones y muy limpias. El personal muy atento. Nos lo pasamos muy bien en verín. Volveremos.
Blanca, viajó en
santiago de compostela
Este acogedor hotel, enclavado en la pintoresca localidad de verín, fue un verdadero hallazgo. Las habitaciones, confortables y bien equipadas, brindaban el descanso perfecto tras días explorando los encantos del pueblo y sus alrededores. La gastronomía local, sabrosa y auténtica, fue un deleite para los sentidos. El personal, siempre atento y amable, contribuyó a hacer de nuestra estancia una experiencia memorable y relajante, dejándonos con ganas de volver.