La primera urbe colonial no fortificada

A finales del siglo XVI, cuando la estructura urbana primitiva de San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) queda consolidada –había sido fundada, un siglo antes, por el adelantado Alonso Fernández de Lugo-, la ciudad se convierte en la primera urbe colonial, no fortificada, que se construye… sirviendo, además, de modelo para otras muchas ciudades que se levantaron en la América Española.

Cuando uno pasea por las rectilíneas, coloristas y tranquilas calles de San Cristóbal de la Laguna, quizás no sepa que este mismo lugar estuvo a punto de convertirse en capital de España… durante la invasión napoleónica. Y es que, previendo que los ejércitos franceses pudieran tomar Cádiz, los diputados en Cortes hicieron llegar un mensaje a la isla: si los franceses entraban en la ciudad, la capitalidad española se trasladaría a San Cristóbal. Como se sabe, los franceses nunca entraron en Cádiz, por el aquel mensaje no pasó de ser… sólo un mensaje.

Pero bueno, a pesar de no alcanzar la capitalidad, San Cristóbal (para más inri, patrimonio de la UNESCO) puede presumir de contar con un más que soberbio patrimonio arquitectónico, empezando por la catedral, construida en un estilo que combina gótico, plateresco y mudéjar, y continuando por la plaza del Adelantado, el palacio de Salazar (1682), episcopal y barroco; la Casa de Lercaro (siglo XVI), manierista, actual sede del Museo de Historia; la Casa del Corregidor (1545), hoy Ayuntamiento; el palacio de la Nava (siglo XVI-XVIII)… o, simplemente, de sus calles de coloristas fachadas salpicadas de casonas, palacios, ermitas y museos.