Murcia

La ciudad de Murcia tiene mucho que ofrecer. Tierra fértil, tanto como para conocerse como “la huerta de Europa”, es también lugar de historia y patrimonio. En apenas unos pasos, Murcia ofrece un increíble viaje por los siglos, que conduce al visitante por el pasado musulmán y cristiano, y por los esplendores del siglo XVIII, en el que el conde de Floridablanca, murciano ilustre, favoreció a su tierra con los adelantos de la Ilustración.

Un par de calles hacen falta para que el viajero descubra el encanto de Murcia. Siguiendo la avenida Alfonso X, vial presidido por una majestuosa estatua del Rey Sabio, se llega a los conventos de Santa Clara, del siglo XVIII, y al de Santa Clara la Real, que tiene su origen en el palacio musulmán del siglo XII. Allí hay un museo que guarda tanto arte sacro como restos arqueológicos andalusíes. Ya en la calle Trapería, sorprende el Casino, ejemplo del eclecticismo decimonónico, y, como guinda de este corto pero intenso paseo, la Catedral de Santa María, pieza clave del barroco español.

La Catedral es solo el punto más destacado de la ruta turística que recorre los numerosos templos de estilo barroco de la ciudad. Un recorrido que, inevitablemente, se entrecruza con el que lleva a la época musulmana, a través de los restos de la muralla árabe. Si tanto monumento obnubila al visitante, siempre puede hacer un alto a la sombra de los árboles centenarios del parque de Floridablanca, el más antiguo de la ciudad. Caminar por la historia puede dar hambre, pero tiene remedio: alguno de los establecimientos situados en la plaza de San Juan tendrá a punto alguna muestra de la rica gastronomía local.

Murcia cuenta con buenas conexiones terrestres, tanto por autovía como por tren. Además, tiene a algo menos de 50 kilómetros el aeropuerto de San Javier, con bastantes vuelos internacionales de bajo coste. En cuanto a alojamiento, es posible encontrar hoteles en Murcia para todos los bolsillos, situados en alguno de sus rincones con más encanto, como el casco antiguo o las cercanías del parque de Floridablanca. Para los presupuestos más ajustados, la mejor opción pasa por alguno de los céntricos hostales de Murcia.